Luis Mariano, ganadero palentino, se pregunta «cuándo se darán cuenta de que si queremos mantener nuestros pueblos, sólo se puede hacer defendiendo a los agricultores y ganaderos, que somos los que trabajamos por nuestro entorno y generamos riqueza además de alimentos con todas las garantías.
C.R./ Sonia Arnuncio
A los 17 años decidió que iba a seguir los pasos de su padre, un ganadero de vacuno de leche en Barrio de Santa María (Palencia) y hoy, 32 años después, echa la vista atrás y cuenta cómo han cambiado las cosas en la profesión. “En esta zona hay poco campo de cultivo, y decidí sembrar forraje para autoabastecer las necesidades del ganado, aunque da mucho trabajo”, dice Luis Mariano. Recuerda que “desde chaval en verano tocaba ordeñar y sacar las vacas al monte, así que sabía en lo que me metía”.
Empezó con quince vacas y a día de hoy son doscientas en la explotación. En todos estos años se ha casado, ha tenido un hijo –“no le veo en el pueblo el día de mañana”-y ha visto cómo la concentración parcelaria mejoraba de forma importante su trabajo de agricultor, por un lado, y cómo la mecanización agilizaba las labores de ordeño.
Pero se lamenta de que “la reconversión del sector la hemos pagado nosotros a cambio de nada”, refiriéndose al proceso que incorporó primero la obligación de comprar cuota y su posterior desaparición. “Ahora, con la crisis de precios de leche, cada día abandona un ganadero por falta de rentabilidad, y es que no se puede mantener una granja pagando a precios de 2016 y vendiendo a precios del año 87”.
“La industria nos lo pone cada día más difícil –dice- y tampoco nos lo pone fácil la administración. Cada vez somos menos en el pueblo, y más viejos, pero es que la gente se va porque no recibimos apoyo que compense las dificultades de vivir en un pequeño pueblo de la montaña con 30 habitantes. Si construyes una nave todo son trabas”.
Sin embargo, y a pesar de las dificultades –“nunca he podido irme de vacaciones”- es un enamorado de su profesión que cree en el futuro del sector. “Consumimos más leche de la que producimos, y es de mucha mejor calidad que la que importamos. A diferencia de la industria, nosotros nos hemos modernizado, tenemos buenas explotaciones y eso nos hace competitivos respecto a productores europeos, pero la diferencia es que en otros países los ganaderos se ven apoyados por sus gobiernos, y en España sucede lo contrario” y se pregunta cuándo se darán cuenta de que “si queremos mantener nuestros pueblos, sólo se puede hacer defendiendo a los agricultores y ganaderos, que somos los que trabajamos por nuestro entorno y generamos riqueza además de alimentos con todas las garantías. Pero si nos pagan menos de 36 céntimos por la leche, no podemos seguir trabajando porque estaremos perdiendo dinero”.