Luis Alberto es un agricultor de 25 años que tiene su explotación agrícola en Velamazán, una pequeña localidad situada al sur de la provincia de Soria
C.R./ Nacho Prieto
Luis Alberto Muñoz Casado es un agricultor de 25 años que tiene su explotación en Velamazán, una pequeña localidad situada a unos 55 kilómetros al sur de Soria capital.
Descendiente de varias generaciones de reconocidos profesionales del campo conoce a la perfección el sector, en el que lleva ya siete años. Cultiva principalmente trigo, cebada, girasol, remolacha y judías verdes. Este último cultivo, según él, es el “más complicado, el que más horas requiere y el que más tratamientos te exige”. Dedica su escaso tiempo libre a hacer deporte, en especial a la natación, y a salir de fiesta con sus amigos. Confiesa, con su habitual simpatía, que decidió ser agricultor porque es algo que le encanta y que no cambiaría su profesión por otra porque “tiene una gran libertad de horarios; eres tu propio jefe y te organizas las tareas”. A la vez, lamenta que en su pueblo sea él el único joven que queda y que en el invierno apenas vivan 25 vecinos.
Preguntado acerca de qué es lo que cambiaría en el campo para mejorarlo, Luis Alberto Muñoz lo tiene muy claro: “Las alternativas a los cultivos en regadío están muy bien, pero que sean rentables económicamente para poder amortizar infraestructuras como el canal de Almazán. Y hay que mejorar el que haya precios justos y que se apoye a los que producimos y especialmente a los más jóvenes”. Precisamente a estos últimos les envía un mensaje directo: “A quienes estén pensando entrar en la agricultura les aconsejo que tengan en cuenta que no es un trabajo tipo oficina ni tipo fábrica, y que es casi imposible para los que no tengan familiares ya instalados porque las inversiones son enormes y las ayudas están mal compensadas. Y también creo que es muy positivo pertenecer a ASAJA porque nos asesoran y nos resuelven el 90 por ciento de los problemas”.