Ha vivido entre terneros desde pequeño, en Villarramiel, donde su padre, veterinario, ha estado siempre al frente de la explotación de vacuno de carne de la que ahora se encarga junto a su hermano.
C.R./ S. Arnuncio
Con sólo 25 años ya puede hablar de toda una vida de experiencia. Ha vivido entre terneros desde pequeño, en Villarramiel, donde su padre, veterinario, ha estado siempre al frente de la explotación de vacuno de carne de la que ahora se encarga junto a su hermano. Con 220 cabezas, el cebadero le llevó a abrir su propia carnicería para dar salida a los productos, pero el proyecto funcionó sólo algo más de un año. “Quería ofrecer a la gente de la provincia un producto genuino de aquí”.
Y es que para Javier es una lástima que la carne que se produce en Palencia o en Castilla y León, se acabe consumiendo en Portugal o en terceros países, “mientras nosotros nos comemos lo que nos mandan de Francia o Polonia”. “La ternera y los lechazos de fuera tendrán todas las garantías sanitarias que se quiera, pero no tienen la misma calidad que lo nuestro, y desde luego, no cumplen todos los requisitos de trazabilidad que se nos exigen a nosotros. Por eso los ganaderos creemos que hay una falta de igualdad en el mercado”, lamenta.
Junto a las injusticias del mercado, que “se solucionarían exigiendo un etiquetado totalmente transparente”, el principal problema al que se enfrentan los ganaderos de vacuno es el elevado precio de los piensos, que resta rentabilidad a sus productos. Otro problema que denuncia Javier es “la limitación que tenemos a la hora de ampliar la explotación, como sucede en mi caso. Queremos edificar para poner más animales, pero nos enfrentamos a trabas como la calificación del suelo”.
Este ganadero de Villarramiel considera que el suyo es un sector olvidado, con un futuro complicado porque los precios de las materias primas estrangulan cualquier posibilidad de crecer, por la entrada de todo tipo de carne que llega de fuera de nuestras fronteras y por el tremendo papeleo que tenemos que cumplimentar, “porque cada vez nos piden más papeles y nos valen para menos”.