Este año a Fernando le ha pillado la Nochebuena todavía sembrando. Conoce como todos el dicho aquel de que el ajo no sembrado por San Martín es ajo ruin, pero a veces, como este año, las intermitentes lluvias impiden llevar a término la tarea en las fechas que uno le gustaría.
C.R./ Redacción
Este año a Fernando le ha pillado la Nochebuena todavía sembrando. Conoce como todos el dicho aquel de que el ajo no sembrado por San Martín es ajo ruin, pero a veces, como este año, las intermitentes lluvias impiden llevar a término la tarea en las fechas que uno le gustaría. Además, como dice, “ya se sabe eso de que siembra cuando puedas y recogerás como todos”. Él lleva 24 años de experiencia en este producto hortícola, sin ayudas, expuesto a las leyes del mercado, y sabe bien cómo conseguir que sus veintitantas hectáreas den lo mejor.
En su casa se trabaja el ajo desde siempre –no en vano son de Portillo (Valladolid) pueblo conocido precisamente por el ajo y la alfarería–, pero en poca extensión. El mismo Fernando al principio compatibilizaba el ajo con la patata y la zanahoria, pero poco a poco tendió a casi el monocultivo –también tiene algo de cereal– “porque veía que no me centraba y no conseguía los mejores resultados, porque los ciclos y riegos eran muy diferentes. Ahora, tras los riegos fuertes, que para el ajo son en mayo, recojo tuberías y motor, gasto menos y además así no me roban el equipo”, explica.
Para luchar contra el ajo importado, este portillano apuesta por la calidad. Además de los cuidados de cultivo (abono, laboreo, riego) y de lograr un secado óptimo, Fernando siembra a mano, como se hacía tradicionalmente. Eso implica mano de obra, “quizás lo más complicado de encontrar”, y encarece en torno a 50 céntimos el kilo de ajo. Pero consigue una producción mayor y un producto de mejor tamaño, que tiene asegurada su salida al mercado. Como media, este agricultor logra producciones entre 12.000 y 14.000 kilos hectárea, aunque, como cualquier agricultura, el ajo está expuesto a que el tiempo no acompañe y de al traste con todas las expectativas.