Para Emilio, la ganadería es una “forma de vida” más que un trabajo. “Si no te gusta no te metas”, recomienda a los jóvenes que quieren instalarse en el sector.
C.R./ María Vázquez
“Vamos funcionando”. Así resume Emilio Cea Redondo (Las Navas del Marqués, Ávila, 1968) la situación del sector de vacuno de carne, al que se dedica desde hace casi 30 años, tras la mejoría registrada en los precios en 2013. Uno de los principales problemas que afronta a diario, subraya, es el incremento de los piensos para alimentar al ganado, que en su caso se sitúa en la friolera de 200 euros al día. “Cada tres días se comen un ternero de destete”, ilustra. De esta manera, el beneficio es “poco” y se complica teniendo en cuenta que la zona donde pastan sus reses, en Las Navas del Marqués, un municipio colindante con la provincia de Madrid, continúa sufriendo las restricciones derivadas de la brucelosis. Una situación que supone que tras casi “diez años” continúen sin poder vender para vida. La escasez de pastos en la comarca dificulta, además, el día a día de estos ganaderos.
“Antes con pocos animales se podía vivir. Hoy, en comarcas como la nuestra, hace falta mucho ganado para salir adelante”, añade antes de poner de manifiesto que en otras regiones donde el pasto es abundante la situación del sector es mejor. Así, pide que se tengan en cuenta las peculiaridades de las zonas a la hora de establecer los criterios de percepción de ayudas de la nueva Política Agrícola Común (PAC), teniendo en cuenta, además, que la superficie disponible en el término municipal es escasa. “Todos tenemos que vivir del ganado pero en unos sitios está más difícil y en otros más fácil”, añade.
En cualquier caso, una “forma de vida” más que un trabajo con horario fijo que requiere “mucho sacrificio para hacerlo bien”, motivo por el que considera que tener vocación es importante. “Si no te gusta no te metas”, recomienda a los jóvenes que quieren instalarse en el sector.