En esta situación de crisis sanitaria y económica, aquellos partidos políticos que abogan por defender el medio rural y luchar contra la despoblación, tienen una gran oportunidad para demostrar con sus propuestas que realmente les preocupa este problema. Ahora más que nunca la sociedad ha podido comprobar la importancia del medio rural, del que proceden los productos de primera necesidad que en ningún momento han faltado, como también han podido comprobar la calidad de vida que puede llegar a ofrecer este entorno si estuviera bien atendido por la Administración, frente a los núcleos saturados o masificados de población.
Es lamentable ver cómo clase política, a esas alturas, no ha impulsado un plan de choque del medio rural y de la España despoblada frente al coronavirus.
Deberían existir ya iniciativas dirigidas a la realización de un estudio solvente sobre el impacto que van a provocar los fallecimientos en este entorno y qué empresas, profesiones y sectores van a resultar más afectados. Ese diagnóstico es el que ha de servir para la adopción de una batería de medidas que contengan la despoblación.
Si todos los partidos, al menos en campaña electoral, están de acuerdo en la gravedad de este problema y en la necesidad de adoptar medidas excepcionales para solucionarlo, ¿por qué no se están adoptando, proponiendo o trabajando sobre medidas también excepcionales y específicas frente al impacto que va a tener el coronavirus y la crisis económica en el entorno rural?
Lo esencial es que se llegue al convencimiento de que las medidas administrativas, fiscales, laborales, sociales, etc, no pueden ser las mismas para un entorno herido de muerte que para cualquier otro entorno.
La clase política parece no darse cuenta de que la repercusión del cierre de una empresa, de un negocio o el cese de la actividad de determinados profesionales, “en un pueblo”, puede llegar a ser el fin del mismo, a diferencia del impacto que puede llegar a tener ese mismo cese en una gran ciudad. Se necesitan por tanto medidas que prioricen o discriminen positivamente a este entorno.
Por el contrario, las medidas que hasta ahora se han adoptado por el gobierno son de “café para todos” y con las mismas que sobreviva el que pueda. Sin darse cuenta de la injusticia que ello supone, puesto que, en las grandes ciudades, grandes polígonos, grandes núcleos de comunicación y transporte, las posibilidades de subsistir son mayores.
Desde ASAJA VALLADOLID queremos hacer un llamamiento:
- A los partidos políticos para que propongan ese PLAN DE CHOQUE DEL MEDIO RURAL FRENTE A LA CRISIS ECONÓMICA Y SOCIAL PROVOCADA POR EL CORONAVIRUS.
- Al Gobierno PARA QUE APRUEBEN DE UNA VEZ MEDIDAS CONCRETAS, ESPECÍFICAS, FAVORECEDORAS PARA EL MEDIO RURAL, PUESTO QUE HASTA AHORA NO HA EXISTIDO NINGUNA.