Aunque persigue objetivos como combatir los efectos del cambio climático, su aplicación debe ser analizada y ajustada, incluso derogada, para evitar que las consecuencias negativas recaigan de manera desproporcionada en el sector agrario
En el marco de la aplicación de la Agenda 2030, un ambicioso plan de acción global para promover el desarrollo sostenible en diversas áreas, ASAJA Valladolid quiere manifestar las preocupaciones significativas sobre las consecuencias adversas que esta iniciativa está teniendo en la agricultura y ganadería de España. Aunque es innegable que la Agenda 2030 busca fomentar la protección del medio ambiente y el bienestar social, es crucial reconocer y abordar los efectos negativos que esta política ha generado en el sector primario de nuestro país.
La agricultura y la ganadería son pilares fundamentales de la economía española, y proveen una gran cantidad de empleo y productos esenciales para la población. Sin embargo, la implementación de la Agenda 2030 ha generado importantes desafíos que afectan la competitividad y la viabilidad de estas actividades productivas.
Entre las principales consecuencias negativas que la Agenda 2030 ha tenido sobre la agricultura y ganadería españolas, destacamos las siguientes que queremos denunciar:
Restricciones medioambientales y normativas: La aplicación de las políticas ambientales derivadas de la Agenda 2030 ha generado una serie de restricciones en el uso de insumos agrícolas y prácticas ganaderas tradicionales. Si bien la protección del medio ambiente es esencial, algunas de estas medidas han tenido un impacto significativo en la productividad y rentabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas. Las consecuencias son el abandono de muchas explotaciones y una mayor dependencia de productos de fuera de nuestras fronteras más caros y menos seguros que los de nuestros productores.
ASAJA Valladolid denuncia la persecución de la Agenda 2030 al regadío, una actividad fundamental para fijar población y el desarrollo del medio rural. Para esta organización, el objetivo de eliminar presas y estructuras que acumulen el agua para épocas de escasez de la Agenda 2030, es un sinsentido. Según ASAJA Valladolid se debería fomentar y promover la construcción de estas infraestructuras y estudiar cómo podemos aprovechar y mejorar la eficiencia de la gestión de las aguas superficiales y subterráneas.
Aumento de costos: La adaptación a las nuevas regulaciones medioambientales ha implicado inversiones considerables para los agricultores y ganaderos. La incorporación de tecnologías más limpias y sostenibles, si bien es necesaria, ha incrementado los costos de producción, afectando la competitividad de estos sectores frente a importaciones más económicas.
Pérdida de tierras de cultivo: Las políticas ambientales han llevado a la desafectación de áreas cultivables para fines de conservación, limitando la extensión de tierras disponibles para la producción. Esto ha generado conflictos con agricultores y ganaderos que han visto reducida su capacidad productiva y han generado problemas para su continuidad.
Impacto en el empleo rural: La agricultura y la ganadería emplean a una gran cantidad de personas en áreas rurales. Las restricciones impuestas por la Agenda 2030 han llevado al cierre de algunas explotaciones y, como resultado, se ha producido una pérdida significativa de empleos en estas comunidades, afectando la calidad de vida y la viabilidad de estos territorios.
Para ASAJA Valladolid, aunque la Agenda 2030 persigue combatir los efectos del cambio climático, su aplicación debe ser analizada y ajustada, incluso derogada, para evitar que las consecuencias negativas recaigan de manera desproporcionada en sectores tan vitales como la agricultura y la ganadería españolas. Es esencial que las autoridades y las partes interesadas trabajen en conjunto para encontrar soluciones que promuevan la sostenibilidad ambiental sin sacrificar la prosperidad económica y social de nuestras comunidades rurales.
De cara a estas Elecciones Generales que se celebran este domingo 23 de julio, ASAJA Valladolid invita a reflexionar a los agricultores, ganaderos y medio rural, para que mediten bien su voto y no muestren su apoyo a aquellos partidos políticos que están a favor de la aplicación de la Agenda 2030.
En este sentido, instamos a un diálogo constructivo y a la búsqueda de medidas que fomenten una transición equilibrada hacia un futuro sostenible para la agricultura y ganadería españolas, garantizando su continuidad y contribución a la seguridad alimentaria y el bienestar de nuestra sociedad.