Los viticultores de Rueda lo que necesitan es estar unidos, para solidariamente buscar un equilibrio entre oferta y demanda de la uva, no nuevos “chiringuitos”
Cuando el viticultor Juan Ruiz, encabezó la tractorada ante el Consejo Regulador de Rueda en defensa de los viticultores, ASAJA estuvo ahí apoyando.
En la primera Asamblea celebrada en La Seca, Juan Ruiz, manifestó que su deseo era revitalizar la antigua Asociación de Viticultores de Rueda, como instrumento independiente de los partidos políticos y de las OPAS.
Nos pareció un tanto injusto, lo de independiente de las OPAS, ya que ASAJA lleva años trabajando seriamente en intentar resolver la asfixiante situación por la que atraviesan los viticultores de Rueda, ante la falta de rentabilidad de sus explotaciones.
Ayer, en una nueva Asamblea de la Asociación de Viticultores de Rueda celebrada en Serrada, Juan Ruiz, presentó a la nueva Junta Directiva donde aparece el secretario general de UPA Ávila, y diferentes representantes de empresas de servicios vitícolas.
ASAJA teme que la nueva directiva, convierta a la Asociación de Viticultores en un nuevo “chiringuito”, donde se haga “business” por parte de alguno de sus nuevos directivos, bien sean de índole económica o ideológica.
Precisamente, si los viticultores de Rueda están en una situación crítica, es por las plantaciones descontroladas. Lo que ha llevado a un exceso de uva en el mercado y la consiguiente caída del precio. Esta situación fue provocada por algún representante de los viticultores en el anterior Consejo Regulador, que antepuso sus intereses económicos y empresariales, a la defensa de los intereses generales del sector. No repitamos el mismo “modus operandi”.
Los viticultores de Rueda no necesitan que les den nuevos cursos de formación, ni que les vendan derechos de plantación, ni que les pasen el intercepas, o que les hagan la declaración de la Renta. Para eso ya tienen cada uno su técnico que le soluciona esas necesidades domésticas.
Los viticultores de Rueda, lo que necesitan es estar unidos, para solidariamente buscar un equilibrio entre oferta y demanda de la uva, y de esta manera, conseguir unos precios de la uva, que les permitan volver a la senda de los beneficios.
La solución tiene que venir después de haber recorrido ya parte del camino. Sabemos cómo y quién originó el problema. Se han puesto encima de la mesa de la Consejería de Agricultura posibles actuaciones por parte de los representantes del Consejo Regulador, de las OPAS, de las bodegas y de las Cooperativas. Sigamos esa vereda.
A Juan Ruiz, desde el máximo respeto a sus intenciones, le aconsejamos, que la eficacia de la reivindicación viene a través de la unidad de acción.
Poner en marcha nuevos “chiringuitos”, donde alguno de sus dirigentes pretendan hacer negocio a cuenta de los viticultores, no es el camino. Para este viaje no hacía falta alforjas.