Para esta organización, su elección supondría alejar al sector agroalimentario de las grandes decisiones económicas europeas tal como ha demostrado en varias ocasiones
ASAJA VALLADOLID considera que la candidatura de la vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, a presidir el Eurogrupo es un error para un sector agrario que no tiene un buen recuerdo de ella.
Para ASAJA VALLADOLID, Calviño es recordada por agricultores y ganaderos, por ser la persona que tuvo la “brillante idea” de proponer un recorte del 30% para los fondos de la Política Agraria Común (PAC) cuando trabajaba para la Comisión Europea, como directora general de presupuestos de la Comisión Europea.
Según ASAJA Valladolid, lejos de ser una buena noticia por la influencia que podría tener Calviño en determinados asuntos de la agenda económica europea al liderar el Eurogrupo, es una decisión equivocada. A pesar del carácter estratégico de la agricultura y la ganadería y su peso en el PIB en España (supone individuamente el 2,5% del PIB y el 8,4% de toda la cadena de valor hasta la distribución) la ministra de economía, cuando ha ostentado cargos de relevancia, no ha apostado nada por impulsar y beneficiar a un sector que da empleo a unos 2,3 millones de personas.
Esta organización agraria considera “totalmente desacertada esta candidatura” porque desde ASAJA Valladolid existe el convencimiento de que Nadia Calviño no ha aprendido a valorar en este tiempo lo que supone el sector agrario para la economía de este país. “Su elección para los próximos dos años y medio para suceder al portugués Mário Centeno al frente de los ministros de la zona euro, supondría en opinión de ASAJA Valladolid, alejar al sector agroalimentario de las grandes decisiones económicas europeas tal como ha demostrado en varias ocasiones”.
No obstante, si al final el 9 de julio resulta elegida frente a el irlandés Paschal Donohoe y el luxemburgués Pierre Gramegna, ASAJA Valladolid cree que tendría una oportunidad histórica para reconducir hasta hora sus malas decisiones para el sector agrario. “Podría aplicar medidas para favorecer unos precios justos para los productores en la cadena de valor, impulsar la incorporación de jóvenes, modernizar los regadíos o fomentar obras hidráulicas para guardar el agua en tiempos de escasez. También, poner barreras o aranceles a productos que vengan de fuera de la Unión Europea pero que no cumplan con las medidas de calidad y seguridad alimentaria por las que apuestan nuestros productores.