Las movilizaciones que arrastramos desde 2020, agudizadas este año, tienen mucho que ver con el viraje erróneo de la política comunitaria en esta última legislatura, que podemos afirmar con rotundidad que para el campo de Castilla y León ha sido el peor de los últimos tiempos. En ella se ha puesto en marcha la PAC más compleja e incongruente, con una maraña de medidas casi imposibles de llevar a la práctica en las explotaciones, y con innumerables limitaciones en aras de supuestos beneficios medioambientales o de cualquier otro tipo, muchas veces no probados. 

La supervivencia del mundo rural en España, y más en Soria, se encuentra en situación de emergencia: una población envejecida, un total desinterés de los jóvenes por pertenecer a el sector primario, el abandono cada vez mayor de nuestros pueblos y la falta de ilusión que provoca esta conducta errática e inentendible de la política agraria europea nos llevará, de no cambiar, al desmantelamiento de nuestro sistema productivo y rural. No le demos más vueltas: Lo esencial es una PAC sensata, que nos permita recuperar la libertad e ilusión de producir alimentos. Un presupuesto suficiente, actualizado a las necesidades actuales y a una UE más grande. Unas cláusulas espejo que equilibren las relaciones comerciales con otros países. Lo único que pedimos es que se cumpla la normativa y no ser torpedeados por la gran distribución. Tiene que llegar el punto de partida para producir ese cambio de mentalidad en las relaciones comerciales en las que la cadena de valor se construya de abajo arriba, dando la dignidad y la importancia que tiene al sector productor.

En Soria el sector agrícola y ganadero es el que da vida a la provincia, a los pueblos, y es base importantísima de nuestra economía. Somos una zona gran productora de cereales que aportan muchos beneficios al medio ambiente. Los agricultores y ganaderos son la columna vertebral de la sociedad y somos nosotros los que producimos alimentos los 365 días del año. También somos nosotros los que sufrimos el continuo aumento de las normas, como la restrictiva legislación sobre el empleo de fertilizantes y la prohibición de determinados fitosanitarios y medicamentos que dificultan enormemente su trabajo diario. La política agraria se basa cada vez más en opiniones públicas dirigidas por intereses económicos, en lugar de tener en cuenta la opinión científica.

Somos conciliadores y respetuosos y en muchos foros así se nos ha reconocido, pero no olvidamos nunca nuestro papel. Quienes piensen que las organizaciones y las personas tienen que someterse a los políticos de turno y a los dictados de los que no son del sector ni lo quieren están muy equivocados. Caer en la tentación de la dependencia y el juego político, desde ASAJA consideramos que sería un error. Estoy convencida de que así no se hace más Europa, que es lo que queremos, sino que se penaliza a un sector tan importante como el agrícola. Nos tenemos que adecuar a las nuevas normas, pero esas normas tienen que tener respaldo científico, un amplio respaldo profesional, se tiene que hacer escuchando a los agricultores y a los ganaderos y no que haya políticas que supongan menos recursos financieros para la PAC y situaciones que compliquen sin ton ni son la producción. 

Un año más estuvimos también a finales de junio en la visita organizada a los campos de ensayo de ASAJA en Almazán. Hay que estar al día y siempre buscar la mejor solución a los problemas del agricultor y estos grandes ensayos al aire libre son ideales porque vemos novedosas experiencias y líneas de trabajo serias, útiles y comprobables. Este trabajo de prueba que habría que hacer en una explotación privada lo hace ASAJA-Soria y así el agricultor puede decidir sobre hechos ya confirmados, y es lógico que los profesionales del sector estén deseando que llegue el momento de visitar estos campos cada año porque sirven para mucho en la toma de decisiones. Hay previstas nuevas pruebas para 2025 con el fin de comprobar los resultados de las últimas incorporaciones en diversas variedades de cultivos y corroborar así sus resultados sobre la rentabilidad de la explotación y con el objetivo de buscar las opciones que mejor se adaptan a los terrenos, sobre la conveniencia de un tipo u otro de semillas desde el punto de vista de los rendimientos, resistencia a enfermedades, dosis de siembra y nivel de germinación. Este año los agricultores pudimos observar una interesante demostración de tratamiento con drones a cargo de la empresa Eurocopter. En este sentido y, en consenso con la mayoría de profesionales, ASAJA pide un avance normativo para darle cobertura legal, total, a este tipo de aplicaciones, a esta tecnología para las aplicaciones, que son las del futuro. Y los avances tienen que ir por una legalización de este tipo de aparatos para que se puedan usar fácilmente. Y ASAJA hace una petición también a los fabricantes de productos fitosanitarios para que registren formulaciones para poder hacer tratamientos con bajo volumen.

Desde ASAJA Soria queremos por último agradecer el apoyo y respaldo de las empresas y entidades que han permitido que esta jornada pudiera llevarse a cabo, y muy especialmente a los agricultores colaboradores.

ANA PASTOR

PRESIDENTA DE ASAJA SORIA