Los expertos de los grupos de trabajo de cereales del COPA-COGEGA, que agrupan respectivamente a las organizaciones profesionales agrarias (entre ellas, ASAJA) y a las cooperativas del sector, han presentado sus perspectivas de cosecha de 2024 en la Unión Europea, donde se prevé con respecto al pasado año una caída importante (-4,7 %), con llamativos descensos del trigo (-6,3 %) y, sobre todo, en la cebada (-9,3 %). España queda al margen de las bajadas, ya que el informe prevé una producción cerealista de 14,6 millones de toneladas, tres millones más que en 2023, año muy marcado por la sequía generalizada en el país.
El descenso en la producción cerealista comunitaria estimada para 2024 es aún más significativo con respecto al promedio de los últimos cinco años (-8,4 %). Parte de la bajada se debe a menores rendimientos, pero también a esa merma en la superficie cultivada de cereal.
Desde el COPA–COGECA vaticinan una producción cerealista de algo más de 257 millones de toneladas entre los veintisiete países de la unión, con una caída del 4,7 % en comparación con 2023 por la disminución de los rendimientos (-1,2 %) pero también por el recorte de la superficie sembrada. Se prevé un rendimiento medio de 5300 kilos por hectárea (5350 en 2023). La superficie sembrada de cereal no llegará a los 48,6 millones de hectáreas (-3,5 %), frente a los 50,3 millones del pasado año.
MENOS SUPERFICIE. España tampoco está escapando a esa tendencia regresiva de la superficie cerealista en los últimos años. Según la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos (ESYRCE) que ofrece el Ministerio de Agricultura, en 2023 se sembraron ya unas 418 000 hectáreas menos de cereal que en 2010, primer año del que ofrece datos la encuesta. De casi 6,13 millones de hectáreas que sembró nuestro país para cereal grano (incluye maíz y arroz) en 2010 se pasó en 2023 a unos 5,71 millones, lo que supone un descenso del 6,8 %.
La cebada es el cereal que protagoniza ese recorte. En números redondos, en 2010 se sembraron en España dos millones de hectáreas de trigo y tres de cebada. El pasado año, el trigo se elevó a los 2,1 millones; pero la cebada no alcanzó los dos millones y medio, con un descenso de la superficie desde 2010 de unas 530 000 hectáreas (para hacernos idea, equivaldría a toda la superficie declarada en la PAC 2024 en la provincia de Palencia, incluidos pastos y barbechos, que supera ligeramente 532 000 hectáreas).
Volviendo al informe del COPA-COGECA, que recoge ASAJA nacional el su web, la UE ha sembrado esta campaña unos 20,7 millones de hectáreas de trigo blando, el 5 % menos que en 2023. Unido al descenso en el rendimiento (-1,5 % hasta un promedio de 5700 kilos/hectárea), se prevé una bajada del 6,4% en la cosecha con respecto a 2023. En trigo duro, aún es mayor el descenso proporcional en superficie (-7,5 %), con una bajada de producción en términos similares (-5,7 %), aun repitiendo el rendimiento medio del pasado año (3300 kilos/hectárea).
En cambio, la superficie sembrada de cebada se mantiene prácticamente en las hectáreas del pasado año (-0,4%), pero se acusa un severo descenso en el rendimiento de este cereal (-8,9 %) hasta los 4.200 euros de media. La producción bajará, por tanto, a 43 millones de toneladas, unos 4,4 millones menos que en 2023 (-9,3 %).
MÁS AVENA. Por su parte, la producción de maíz se mantendrá en niveles muy similares a los de 2023 (-0,5 %), con 62,4 millones de toneladas entre todo el territorio comunitario. Por contra, la avena registrará un significativo aumento del 21,2% en la producción, gracias tanto a la subida del rendimiento con respecto a 2023, al pasar de 2600 kilos/hectárea a un promedio de 3000, pero también a un ligero aumento de la superficie sembrada (+3,2 %), según las cifras del COPA-COGECA.
También aumenta el rendimiento del centeno hasta los 4400 kilos por hectárea, el 10 % más que en 2023, lo que permite a los técnicos de las organizaciones profesionales y cooperativas del sector augurar un incremento del 2,1 %, aun cuando la superficie sembrada bajó el 7,2 %. En triticale se espera en la UE un aumento del 5,1 % de la cosecha, mientras de sorgo se estima un importante descenso (-8 %) de la producción al caer los rendimientos medios en una proporción semejante con respecto al pasado año.
DESCENSOS EN FRANCIA Y POLONIA. Mientras en España se prevé un aumento con respecto al 2023 (año de baja producción cerealista por la sequía generalizada), para la mayoría de los países miembros del norte, del centro y del este de la Unión Europea estima el documento una caída en la producción de cereales este 2024, con bajadas relevantes en Polonia (tres millones de toneladas menos) y Francia (nueve millones de toneladas menos).
Según el COPA-COGECA, las condiciones atmosféricas han determinado ese descenso de la producción cerealista, tanto por los fenómenos meteorológicos adversos como por la imposibilidad de trabajar en los campos, al retrasarse la siembra en muchas zonas. Los organismos que agrupan a los profesionales del campo y a las cooperativas creen necesaria una constante vigilancia del factor climático y su impacto en los cultivos, para adaptarse rápidamente a los cambios con sus prácticas agronómicas, mitigar posibles pérdidas y optimizar los rendimientos.