La OPA acusa a la Asociación para el Estudio y Defensa de la Naturaleza de retorcer la información para poner en el punto de mira a los ganaderos
ASAJA Soria no oculta su malestar por la campaña de desinformación y uso torticero de los datos por parte de la Asociación para el Estudio y Defensa de la Naturaleza (ASDEN) en lo que se refiere al proyecto de Decreto de Zonas Vulnerables, que coloca injustamente en la diana a los ganaderos, a los que se engloba dentro de inventos retóricos como ‘burbujas porcinas’ que no son otra cosa que burbujas de desinformación conducentes a incitar a la oposición a las granjas.
Es cierto que la Junta de Castilla y León, en línea con la normativa medioambiental tanto europea como nacional, está trabajando en un proyecto de decreto para determinar las zonas vulnerables por contaminación de nitratos. También es una realidad que la asignación de esas zonas viene derivada de unos análisis tomados en las aguas, efectuados principalmente por las confederaciones hidrográficas. ASAJA alberga recelos, como así lo ha transmitido a quienes correspondía, de esos resultados porque han sido obtenidos a lo largo de estos últimos años de graves y excepcionales períodos de sequía, con lo cual la concentración de nitratos posiblemente no aporte datos normales, ni parámetros fidedignos. ASAJA considera inaceptable que se utilicen argumentos basándose en un borrador, que es en lo que se apoya ASDEN, y que no son definitivos.
Pero lo que más molesta a ASAJA es que se intente utilizar este asunto de los nitratos que puedan llegar a las aguas, en el cual entran todas las fuentes fertilizantes, para atacar en estos momentos de manera oportunista, tendenciosa y capciosa; todo ello para cargar las tintas injusta y malintencionadamente sobre el sector ganadero.
ASAJA echa en falta que no se incida en que un buen número de los términos municipales del mapa de zonas vulnerables no cuenta ni con una sola granja y se omita la información de que dentro del real decreto queda perfectamente establecida técnica y científicamente la forma de utilizar y emplear todos los productos de deyección de las instalaciones, normalizando su uso y haciéndolo compatible con todas las normativas medioambientales, al igual que sucede con el resto de fertilizantes u otras fuentes no agrarias, como el compost -incluidos restos vegetales de los parques- y los lodos de las depuradoras. En opinión de ASAJA, ese mismo real decreto, en vez de criminalizar a la ganadería como tratan de hacer los ecologistas, pone sobre el papel razones científicas para avalar su uso y las explotaciones estarían por lo tanto perfectamente permitidas a ojos de técnicos y científicos y no de salvapatrias ni de vacuos opinadores.