Una delegación de ASAJA Soria -encabezada por la presidenta provincial, Ana Pastor, y el secretario general, Alejandro Aguado- secundó la concentración de agricultores y ganaderos de todo el territorio nacional celebrada el 5 de septiembre en Córdoba con ocasión de la reunión de los ministros de Agricultura de la Unión Europea, en un acto de protesta contra los continuos ataques que recibe el sector. La bandera de Castilla y León ha ondeado en la gran manifestación que ha reunido a agricultores y ganaderos de todo el país, que han compartido lemas como “Con el campo no se juega”, “No queremos esta PAC” o “Nos estáis expulsando del campo ¿Quién os dará de comer mañana?”.
En pleno acto reivindicativo, Ana Pastor reconoció a los medios que el campo pide a los responsables de agricultura de toda la Unión Europea que aprovechen su visita para ver explotaciones y hablar con los profesionales del campo, los agricultores y ganaderos; ellos les dirán cuáles son las consecuencias de esas políticas que diseñan en los despachos y que demasiadas veces poco tienen que ver con la realidad.
La movilización estuvo convocada por ASAJA y Cooperativas Agroalimentarias, junto a otras opas, debido a la situación de indefensión que padecen los agricultores y ganaderos ante las políticas que se están llevado a cabo desde Bruselas, junto a la desidia y entrega a ciertos lobbies que actúan contra el mundo rural.
Muy especialmente, el campo español exigió a orillas del Guadalquivir y a escasos metros de donde estaban reunidos los ministros que las producciones que vengan de terceros países tiene que cumplir los mismos requisitos a los que se obliga dentro de la UE, tanto en igualdad de condiciones laborales, uso de productos fitosanitarios, bienestar animal, requisitos medioambientales, y para eso tiene que haber unos controles rigurosos en las fronteras.
A ello, hay que añadir que, en Bruselas, se aprobó una reforma de la PAC desenfocada y fuera de la realidad que exige más con menos recursos, que ha incrementado la burocracia de forma brutal, y que exige nuevas obligaciones sin rigor científico que conllevan mayores costes y menores producciones.
Los agricultores y ganaderos españoles reclamaron a los ministros de Agricultura de la UE que consideren a la alimentación como un asunto de máxima prioridad, cambiando el rumbo de la Política Agraria para que esta garantice la soberanía alimentaria europea. Para ello, es fundamente proteger al tejido productivo, es decir, a los agricultores y ganaderos europeos, de forma que éstos puedan cumplir con su principal función: la seguridad alimentaria tanto en cantidad como en calidad para el conjunto de los ciudadanos españoles y europeos.