En la reivindicación de este domingo también va la recuperación de los valores naturales ligados a la vida en el campo
ASAJA, como asociación profesional de agricultores y ganaderos, apoya la convocatoria del 31 de marzo en Madrid que lleva el lema La Revuelta de la España vaciada, pues nuestra actividad profesional, vital y familiar se desarrolla en el medio rural, que es donde sucede el problema del despoblamiento.
ASAJA anima a participar en esta manifestación, por la necesidad de dar visibilidad al grave problema de despoblación rural y de envejecimiento que lleva al vaciamiento poblacional de territorios y pueblos de España. De 2007 a 2014, a pesar de que se ha producido un incremento de la población del 14 por 100, aproximadamente la mitad de los municipios españoles ha experimentado una disminución de la población, siendo la inmensa mayoría de ellos del entorno rural, mientras aumenta la concentración urbana. Todo ello esconde un grave desequilibrio territorial que debe ser visualizado y combatido. En algunos casos, como la Ibérica, (punto de partida de la convocatoria) que es un territorio montañoso que aglutina a 1.632 municipios de Castilla y León, Castilla-La Mancha, Aragón, la Comunidad Valenciana y La Rioja, más del 76 por 100 de las localidades son remotas, el 40 por 100 de los municipios supera como media los 50 años, y la densidad media de población es de 7,9 habitantes por kilómetro cuadrado. Esta zona, junto a Laponia, son los dos únicos territorios de la Unión Europea que registran densidades inferiores a los 8 habitantes por kilómetro cuadrado.
Por tanto, en muchos casos no se trata solamente de pérdida de población sino de desestructuración del territorio. Además, en opinión de la OPA, este fenómeno de la desertización o el descenso extremo de la población en numerosos territorios y pueblos de España, supone la pérdida de valores sociales, culturales y medioambientales, pero también cambios sociales y económicos. Y muestra de ello es que cada día aparecen corrientes sociales desconectadas de la vida en los pueblos, como por ejemplo el movimiento animalista, y que impacta con los verdaderos valores naturales y que complican las actividades productoras como la agricultura, la ganadería y la caza o culturales como la tauromaquia. La visualización con esta revuelta de la España vaciada de este terrible fenómeno de despoblamiento, además de apoyar nuestra reivindicación de mayor cohesión territorial y de desarrollo, también lleva nuestra reivindicación de recuperación de los verdaderos valores naturales ligados a la vida en el campo a tiempo completo.