No podemos negar que al menos soplan vientos de cambio en el sector agrario europeo tras meses de intensas manifestaciones de los agricultores a principios de este año y os recuerdo las manifestaciones a la puerta del Consejo de ministros de la UE en Córdoba, por las calles de Soria, por pleno centro de Madrid, en los puertos de Santander y Valencia, etcétera…

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya dijo en el discurso sobre el Estado de la Unión que está en marcha un informe sobre el diálogo estratégico para el futuro de la agricultura de la UE, que se concibió para hacer frente a la creciente polarización del debate sobre agricultura y política alimentaria. “Mi equipo y yo estudiaremos detenidamente las recomendaciones del informe, y luego las incorporaremos a la visión de la agricultura y la alimentación», declaró Von der Leyen en rueda de prensa poco después. Anteriormente se había comprometido a presentar una hoja de ruta en los primeros 100 días de su próximo mandato.

El profesor Peter Strohschneider, presidente del grupo de reflexión, avanzó que “la opinión compartida por los miembros del diálogo estratégico es muy clara: el dinero público no debe destinarse a quien no lo necesita” y también dejó claro que “la recomendación es adecuar la PAC a su finalidad», declaró a ‘Euronews’ en una entrevista reciente.

ASAJA Soria, precisamente ante el periodo abierto de 100 días de reflexión de las autoridades para el diseño de la próxima PAC, llama la atención sobre el sector de los cereales en España, que fue el primigenio en estas ayudas y que ahora requiere de un apoyo claro y una estrategia decidida para sacar del abismo a este abandonado sector. Y por eso estuvimos también al pie del cañón, en la calle el 26 de septiembre a las puertas de la Subdelegación del Gobierno en una concentración. Acudimos con los lemas unitarios de ‘Precios por los suelos’ y ‘Por unos precios razonables’, porque creemos que es el momento de denunciar la situación y porque ahora mismo es seguramente el problema más acuciante al que nos enfrentamos. Con los precios de los insumos a los niveles tan altos a los que están y con los bajísimos precios, especialmente del trigo y de la cebada, que la sociedad tenga en cuenta que es completamente inviable ponerse a trabajar en numerosas explotaciones profesionales familiares de la provincia.

Ya dije a los medios de comunicación que acudieron a nuestra convocatoria que esta situación de precios está repercutiendo en un descenso drástico de las siembras del cereal. Soria ha dejado de sembrar más de 40.000 hectáreas de cereal, que es casi una cuarta parte del total en la provincia. Si no se soluciona el problema de rentabilidad, el desenlace es claro: llevará a la desaparición casi total del secano. Las producciones provinciales cumplen los estándares europeos y españoles de cumplimiento de medidas de protección del medio ambiente, salud pública y salud animal, algo que se cambia por otro cereal producido en condiciones rusas y ucranias que “vete tú  a saber” y que, además de rebajar la seguridad de nuestros ciudadanos, no contribuye en la misma medida a los retos ambientales que tanto preocupan a muchos y que cuya distorsión del mercado además lleva a la ruina a los profesionales de aquí.

Recordemos que en los años 80 un litro de gasoil costaba poco más de 7 pesetas, y el agricultor vendía el kilo de cebada a 30 pesetas, mientras que en la actualidad el litro de gasoil cuesta casi 200 pesetas y el agricultor continúa vendiendo el kilo de cereal a poco más de 30 pesetas. Por eso, desde ASAJA queremos recibir por el fruto de nuestro trabajo unos precios acordes con los costes y que nos permitan vivir, y de paso hacer rentable esta profesión y asegurar el relevo generacional.

Los profesionales del campo no queremos medidas de parcheo ni la publicidad de falsas soluciones ni anuncios irrisorios como estrategia para acabar siendo caldo de cultivo, nunca mejor dicho, de la desinformación a la sociedad. Esperemos que la Unión Europea atine en esos 100 días de reflexión y ponga en rojo la palabra cereal; que no nos quiten la ilusión, que nos dejen trabajar, que no nos ninguneen más porque somos algo más que papeletas de voto andantes y, por favor, no nos hagan perder el tiempo en un “ni contigo ni sin ti”. Todos sabemos que el sector cerealista es un sector vital para la economía de Europa y que lo mejor es que se nos asegure a los productores unos ingresos estables y suficientes porque somos los valedores del futuro de las zonas rurales desde Cracovia a Lisboa, desde Montenegro de Cameros a Iruecha, y los que, recordémoslo, garantizamos alimentos a la población. Las recomendaciones clave que incluye el informe son fortalecer la posición de los agricultores en la cadena de valor alimentaria y ajustar la Política Agrícola Común (PAC) para hacerla adecuada a los desafíos actuales y futuros, centrando el apoyo en agricultores activos y regiones más necesitadas. Ramón Armengol, representante español en el COPA-COGECA y miembro del Consejo Rector de Cooperativas Agro-alimentarias de España, remarcó hace unos días que “a pesar del pesimismo que ha imperado en la Unión Europea en los últimos tiempos, se ha producido un cambio de tono en el que ahora se reconoce el papel crucial de la agricultura cerealista”.

Pues eso y que así sea. Seguiremos pendientes y luchando.

ANA PASTOR SORIA

PRESIDENTA DE ASAJA SORIA