Algo más de dos meses al frente de ASAJA Soria y, si bien como ya sabéis, antes fui vicepresidenta y he estado en la junta directiva varios años, la verdad es que los toros se ven de otra manera cuando tomas el capote. En primer lugar, quiero volver a mencionar a Carmelo y sus 16 años al frente de esta organización y reconocer lo bonito y a la vez la carga de responsabilidad y de trabajo que lleva el cargo. En mi discurso de la asamblea dije que “si la provincia de Soria ha tenido una figura y líder indiscutible en el ámbito agrícola y ganadero durante su historia reciente, ese ha sido Carmelo. Sin él, sinceramente ahora yo no estaría aquí. Su apoyo y ánimo ha sido, es y va a ser determinante en mi nuevo desempeño. Cuento con él para la junta directiva y le agradezco, en nombre de muchos, los desvelos y el trabajo que ha desarrollado en favor del campo provincial. Eso en lo profesional, pero en lo personal también quiero destacar su honestidad y compañerismo”.
Dos meses que han sido muy intensos. Permitidme que os cuente un poco mi vida. Ha habido semanas de cuatro o cinco entrevistas en la tele, radiofónicas o para los periódicos. En ese sentido, quiero agradecer el trato exquisito que me está dispensado la prensa, algo muy importante porque es un vehículo clave a la hora de hacer llegar nuestras quejas, propuestas o peticiones a diversos foros. Dos meses de un sinfín de encuentros y reuniones, que van desde la Subdelegación del Gobierno a la Caja Rural, pasando por Copiso y la Consejería de Agricultura. También las Comisiones de Urbanismo y Medio Ambiente, el Consejo Agrario Provincial, el comité ejecutivo de ASAJA nacional, juntas directivas regionales y provinciales, manifestaciones como la de la sequía del 15 de junio en Valladolid y ferias como la de muestras de Almazán y la del vino en San Esteban de Gormaz.
Todo ese volumen de trabajo, que lógicamente acometo con la ayuda de la junta directiva y del cuerpo técnico, acaba sirviendo para llevar la voz de nuestra organización, para hacer recordar a todos que la agricultura en Soria es una actividad productiva sin resguardo, expuesta a todas las posibles inclemencias climáticas habidas y por haber. Heladas, granizadas, intensas lluvias, golpes de calor y sequías son, aunque siempre inoportunos, viejos conocidos con los que estamos acostumbrados a este oficio. Se puede decir que sobrevivimos, que nos adaptamos. Pero como todos los demás currantes de la provincia, tenemos un límite. Cuando el problema viene por una determinada decisión política, que no técnica, ya no cabe el conformismo; la indignación es lógica y toca pasar a la acción para intentar que las cosas mejoren. Sin ir más lejos, a mediados de julio tuvimos que presentar alegaciones al Proyecto de Orden por la que se determinaban las cuantías, zonas y cultivos afectados relativos a las ayudas directas a los sectores en respuesta a la sequía y al conflicto bélico en Ucrania. Considerábamos incomprensible que la provincia fuera considerada de afectación media cuando las vecinas Segovia, La Rioja, Zaragoza, Navarra y Guadalajara son de afectación alta y lo que ello implica en el montante de ayudas que se reciben. Con decisiones como éstas, sinceramente tengo que denunciar la poca seriedad y la falta de visión de nuestros políticos, los que con su inalterable e irresponsable pasividad e injustas decisiones nos empujan al abismo en el que hoy nos encontramos, y ojo que ya lo he dicho varias veces…La campaña del año que viene puede ser el desastre definitivo.
No podemos resolver los problemas solamente rezando a San Isidro o a San Saturio. Vamos a seguir hablando con propiedad y llamando a las cosas por su nombre; desde ASAJA lo tenemos claro. No nos vamos a callar y lucharemos por lo nuestro, que al final es el pilar en el que se sustenta la economía de la provincia. La mediocre e ineficaz gestión de nuestros políticos es lo que está secando verdaderamente a Soria.
ANA PASTOR SORIA. Presidenta de ASAJA Soria