Aunque no me gusta mucho hablar de personas en concreto, me vais a permitir que esta vez me refiera a un amigo y a un sindicalista de raza. Se trata de Juan Sánchez Brunete, que ha sido secretario general de ASAJA nacional durante varias décadas, plenas de trabajo y de desvelos por esta organización. La concesión este año del Premio Espiga de ASAJA Soria es un humilde reconocimiento que sirve para hacer justicia con uno de los más conocidos y queridos estandartes de esta organización y que pone en valor el mayor patrimonio que tenemos que son las personas que integran estas siglas.

Y como parece que este artículo va de sindicalismo agrario, no podían faltar algunas reivindicaciones para acabar bien el año y empezar 2018 con fuerza y optimismo. Pero para eso, es imprescindible que Papá Noel nos traiga precios justos para nuestras producciones, que acabe para siempre el incremento de exigencias administrativas y que se reduzcan los módulos fiscales de sectores en ruina como lo está ahora mismo el cereal. Puestos a pedir, también estaría bien que en este caso los Reyes Magos vinieran con un nuevo Plan de Regadíos para desarrollar nuevos y modernizar los pocos que hay, que las ayudas sean ágiles, con normas simples, coherentes y publicadas en su momento razonable, en cuantía suficiente y sin demora de los pagos, que por justicia nos corresponden. Y todo eso para que las administraciones demuestren, si es que es verdad, que consideran al colectivo agrario como estratégico, pero para bien, no sólo para extraerle siempre sus recursos, ningunearlo y colocarlo en posiciones de desventaja. Ha pasado otro año a nuestras espaldas y parece que fue ayer cuando hace 12 meses comentaba antes los medios de comunicación que los agricultores y los ganaderos estamos cansados, muy cansados de que prevalezca el afán prohibitivo y restrictivo, en vez de dejarnos trabajar, y en vez de apostar por una estabilidad de rentas para los que nos dedicamos a trabajar en el campo, que es un principio básico para la convivencia, para el desarrollo rural y para el futuro de los pueblos y de la provincia en general. Y lo demás está demostradísimo que son cantos al sol que se quedan en nada.

El año que estamos a punto de comenzar debe servir entonces para dejar bien claro que el campo tiene furiosas ganas de contradecir a los que quieren silenciarnos, a los que nos prefieren dóciles y a los que nos subestiman. Tenemos que demostrar que estamos vivos, que nos importan nuestras explotaciones, que queremos un futuro y que vamos a seguir batallando por lo que nos corresponde.

CARMELO GÓMEZ SANZ. Presidente de ASAJA Soria