El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León se haría cargo de la dirección técnica y la OPA pondría los medios
El pasado jueves día 13 tuvo lugar una reunión en Valladolid entre responsables del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL), encabezados por su director y viceconsejero de Desarrollo Rural, Jorge Cachorro, y varios miembros de ASAJA Soria para tratar acerca del problema del zabro en la provincia. Del encuentro salió un acuerdo de firma de un protocolo de colaboración para que el zabro cuente con zona de vigilancia también en Soria.
Es preciso recordar que por primera vez el zabro fue englobado este año dentro del Plan de Vigilancia y Seguimiento de Plagas, ante la insistencia de ASAJA Soria; una iniciativa que fue bien recibida por la propia consejera de Agricultura, Milagros Marcos, quien decidió la inclusión de este insecto, como sucede con el topillo, en una línea de seguimiento para su control. Fruto de aquella reunión surgió la realización de campos experimentales o de control esta misma campaña para tomar medidas contra el zabro. Lamentablemente y aunque no debería servir como excusa, como el ‘centro de operaciones’ está en la finca de Zamadueñas, a las afueras de Valladolid, la posibilidad de controlar zonas de vigilancia tan remotas dificulta el contar con los trabajos de este Instituto.
Para solventar esta situación, ASAJA Soria trató de buscar la solución en la reunión al ofrecer su departamento técnico agrario para colaborar en los trabajos que se realizasen en la provincia. La propuesta es que el ITACyL se haría cargo de la dirección técnica y ASAJA de los medios. Todo con el afán de que lo antes posible se disponga de las herramientas y del conocimiento idóneos para que los agricultores de la zona del este y del sureste de la provincia, esperando que no se extienda a otras, puedan hacer frente lo más eficazmente posible a estas plagas, al conocer mejor las características de este coleóptero y poder desarrollar una estrategia y unos medios adecuados para su control.
Los servicios técnicos de ASAJA habían puesto el acento desde hace más de cinco años en que la presencia de este coleóptero en la provincia de Soria era superior o muy superior a la que se contabilizaba en otras provincias cercanas. Habían dejado claro que las pautas se suelen repetir y las zonas también y que sobre todo se daba en explotaciones de pueblos como Santa María de Huerta, Arcos de Jalón, Almaluez, Utrilla, Monteagudo de las Vicarías, Fuentelmonge, Serón de Nágima, Torlengua, y algunos más que limitan con los anteriores. Sin embargo, en las últimas campañas, favorecidos por las altas temperaturas y otras condiciones meteorológicas más benévolas para su proliferación, estos insectos han ampliado su zona de acción y han alcanzado otros puntos más hacia el norte y el oeste de la provincia soriana, con focos en la zona de Ágreda, en fincas de Trévago, Matalebreras, Fuententrún, Castilruiz, etcétera, así como en comarcas de Burgos -y más al oeste en Valladolid e incluso en Zamora-, por citar las de mayor afectación.
Sin ir más lejos, ASAJA Soria volvió en septiembre y octubre a seguir muy de cerca la evolución de este insecto y, debido a ese trabajo de control, desde el propio ITACyL se decidió enviar una recomendación de vigilancia en los cereales de invierno que decía que: “Especialmente en parcelas con histórico de presencia de zabro, o donde se haya observado en la campaña pasada, se recomienda especial vigilancia y seguir las recomendaciones de manejo agronómico preventivo”.