Vida rural

Las ferias agrícolas están unidas a la historia de los avances y mecanización del campo español

“Me gusta el campo, pero entonces era una profesión difícil y ahora también lo es, aunque de otra manera. Ahora tenemos mejor maquinaria, las labores se acaban antes y labramos menos la tierra, pero antes, con menos hectáreas podías vivir”, dice.

En los años ya cerca veinte años que lleva en la agricultura Miguel, ha aprendido ha aceptar las cosas como vienen. “Trabajas sabiendo que el fruto puede ser cien o cero, que puede venir un buen año o darte el golpetazo”, comenta.

Casa típicamente sajambriega, construida hace 200 años y completamente restaurada en 2009. Está enclavada en el corazón del parque de Picos de Europa, en uno de los pueblos de montaña más bellos del norte peninsular, con rutas cercanas, indicadas para el senderismo, montar a caballo y disfrutar de la gastronomía de la comarca. La casa consta de dos plantas, tiene salón, comedor, cocina equipada, baño y tres habitaciones dobles (seis plazas en total). Cuenta con chimenea, televisión y un corredor restaurado realizado en madera. Es un excelente alojamiento para familias y grupos deseosos de encontrar espacios naturales sin renunciar a la comodidad.

“Mi padre era agricultor, y desde chaval siempre he estado echando una mano en el campo”. Así de claro lo tenía José María, de Autillo de Campos (Palencia), que asegura que nunca se le pasó por la cabeza otra profesión

Mucho ha cambiado la explotación que Javier heredó de sus padres hasta convertirse en la que hoy gestiona. En buena parte gracias a su esfuerzo, y en otra, gracias a la modernización del regadío del Páramo leonés.

Este joven ganadero y agricultor de Villafañe (León) trabaja en el campo “desde que tengo uso de razón”.

Fernando está en esa edad en la que uno tiene que tirar para adelante como sea, por muy mal que vengan dadas.

Lo suyo con los tractores era “exagerado, ya de pequeño era un fanático de la maquinaria, y lo sigo siendo”. En cuanto pudo, con 16 años, se puso a trabajar en el campo, y hoy, con 35, es ya un joven veterano de la agricultura.

"Digo siempre que yo he trabajado poco, porque he hecho lo que me ha gustado, he tenido esa suerte", comenta. Julio Pablo disfruta subiendo al tractor y atendiendo su explotación.

Javier es un agricultor muy joven, natural de un pueblo zamorano, Fuentes de Ropel.

Manuel ha recuperado el viñedo que en tiempos tuvieran sus abuelos, y ha apostado también por el mínimo laboreo en secano.