El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) ha publicado este viernes, 25 de agosto, la orden de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural con las bases que regulan las subvenciones que concederá la Junta de Castilla y León para bonificar intereses en préstamos preferenciales que formalicen titulares de explotaciones agrarias de la comunidad afectados por la sequía y otros fenómenos meteorológicos adversos en la actual campaña agrícola 2022-2023.

El valor de la producción estándar (VPE) de cada explotación agraria solicitante será el criterio de la Consejería de Agricultura para determinar el importe máximo de préstamo permitido, con un importe mínimo del mismo de 6.000 euros y hasta un máximo de 60.000 euros por explotación.

El VPE de una explotación se calcula multiplicando, para cada actividad, su coeficiente de producción estándar por el número de unidades de
dicha actividad (hectáreas de cada cultivo o cabezas de ganado de cada especie); Este valor se corresponde con la dimensión económica de la explotación.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) es la administración que establece esos coeficientes en el marco de la Red Contable Agraria Nacional (RECAN) y se corresponden con el valor monetario de la producción bruta al precio de salida de la explotación. Se calculan por cada comunidad autónoma, utilizando datos básicos medios a lo largo de un periodo de referencia de cinco años.

Así, para las explotaciones cuyo VPE sea inferior o igual a 25.000 euros, el importe máximo del derecho al préstamo preferencial bonificado será de 10.000 euros; y para las explotaciones con un VPE de entre 25.000 euros y 100.000 euros, será de 40.000 euros. Por encima de los 100.000 euros de VPE, la cuantía bonificada será de 60.000 euros.

HASTA EL 29 DE SEPTIEMBRE. El plazo de presentación de solicitudes de reconocimiento del derecho a la suscripción de un préstamo preferencial bonificado permanecerá abierto hasta el 29 de septiembre.

La bonificación de estos intereses es una de las medidas que anunció la Junta de Castilla y León después de que el pasado 15 de junio declarase en la comunidad la campaña agrícola 2023-2024 como «excepcional», debido a los efectos producidos por los fenómenos meteorológicos adversos, principalmente la sequía, y «la urgencia en la adopción de las medidas de apoyo al sector agrario».

La excepcionalidad se basó en el acusado déficit de precipitaciones en Castilla y León, «una importante y continuada sequía, causante de graves daños en las explotaciones agrarias de secano situadas en su territorio», según recuerda la orden publicada en el Bocyl.

LA ESTABILIDAD DEL SECTOR, AMENAZADA. «La persistencia de una situación caracterizada por la concurrencia prolongada de una inusual escasez de precipitaciones en especial durante los meses de febrero, marzo y abril y de unas temperaturas anormalmente elevadas define un escenario que amenaza la estabilidad del sector agrario e incide sobre el desarrollo normal de los cultivos», añade la orden.

La Consejería reconoce en el documento que no se pudo completar el ciclo productivo y se vieron afectados fundamentalmente los cultivos de cereal y de forraje de secano, así como a las superficies de pastos, lo que «puede tener consecuencias en la seguridad alimentaria futura, convirtiendo de nuevo en indispensable declarar la urgente adopción de medidas de apoyo público».

MERMA PRODUCTIVA. Ese conjunto de adversidades meteorológicas extremas ha causado en las comarcas agrarias del territorio de Castilla y León unas pérdidas de producción bruta en cultivos de secano de cereal, forrajes y pastos superior al 30 % de la producción media de los últimos años, según las estimaciones de la administración regional, una merma que «repercutirá muy desfavorablemente en la situación económica de las explotaciones agrarias, que ocasionará dificultades de liquidez financiera para afrontar la próxima campaña agrícola».

En ese sentido, ASAJA-Castilla y León ha venido reclamando la máxima celeridad en el impulso de las medidas paliativas, a fin de que los agricultores y los ganaderos de la comunidad puedan afrontar esa nueva campaña con menos incertidumbre y sabiendo con qué ayudas e instrumentos financieros puede contar para asumir los elevados costes de otro ciclo productivo.

Como es habitual, los técnicos de ASAJA-Salamanca están a disposición de los asociados para informar y aclarar cualquier duda sobre esta orden que subvencionará los intereses de esos préstamos bonificados. /

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