La media regional se sitúa en el 1’34 % y la mayor concentración de la enfermedad se circunscribe a Béjar, Vitigudino, La Fuente de San Esteban y Ledesma
La provincia de Salamanca, según los datos proporcionados por la Junta de Castilla y León, ha vuelto a subir la prevalencia en tuberculosis bovina en el 2021, con respecto a la campaña de saneamiento del año anterior. Alcanza los 2’53 puntos porcentuales (2’37 %, en 2020), muy por encima de la media regional que se sitúa en el 1’34 % (1’42 %, en 2020). De hecho, ha retrocedido en la lucha contra esta enfermedad hasta niveles anteriores a la pandemia, generada por la COVID-19; semejante a cuando, en el año 2018, obtuvo un 2’52 % (1’43 % de media regional).
Preocupante es la zona de Béjar (5’25%) donde han repuntado los casos, superando a Vitigudino
Cabe recordar que la provincia sigue encabezando, según los datos ministeriales de finales de 2021, el censo de ganado vacuno en España, con 594.420 reses; motivo por el cuál se encuentre la tuberculosis con mayor incidencia en Salamanca. Dentro de la provincia charra, la prevalencia se ha concentrado, fundamentalmente, en la Unidad Veterinaria de Vitigudino (5’04 %) y sus colindantes, como son La Fuente de San Esteban (3’55 %) y Ledesma (3’06 %). Preocupante es la zona de Béjar (5’25%) donde han repuntado los casos, superando a Vitigudino.
Ya en el año 2016, ASAJA Salamanca inició contactos con el resto de organizaciones agrarias y asociaciones para llamar a la unión de los productores; lo que resultó la creación del Frente ganadero, en marzo de 2017, y que pedía a la Junta de Castilla y León, una mayor flexibilización en las medidas contra la tuberculosis que tanto ahogaban a los ganaderos de esta provincia. Se consiguió, además, que la administración regional dotara de mayor información a los titulares de las explotaciones para, o bien, recuperar la calificación perdida en sus explotaciones con positivos, o bien, conocer qué pasaría con las ganaderías y qué pasos debían tomar para que la incidencia no fuera a más y qué controles se les aplicaría.
Estos contactos de trabajo se transformaron en reuniones habituales por las que, a primeros de 2021, se tradujeron en un grupo de trabajo con la Junta de Castilla y León, visto el crecimiento de la incidencia de la enfermedad; cuando Vitigudino pasó en poco tiempo del 3 al 12 % de incidencia, y tras la protesta del sector en citada comarca. Este grupo de trabajo, con el esfuerzo de ASAJA Salamanca, ha insistido en que la propagación de la tuberculosis bovina se debe, entre otras razones, a la proliferación de una fauna salvaje sin un control exhaustivo. Así, la Junta espera un informe, encargado al científico Christian Gortázar.
Sin embargo, debido al nuevo Gobierno de Castilla y León (20 de abril), esta situación se encuentra en un compás de espera, tanto de las medidas a tomar, como las actuaciones del grupo de trabajo con la Junta. Por otra parte, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (dentro del Programa Nacional de Erradicación de Tuberculosis Bovina) se adhirió junto a la Unión Europea en la estrategia de acabar con la tuberculosis bovina para el 2030. Esto significa lograr una tasa de incidencia inferior al 0’1 % en toda España desde 2027. Además, según el plan, se debería alcanzar una reducción anual desde 2022 hasta 2030 de prevalencia del rebaño de al menos el 20 %.
Enfermedad
La tuberculosis bovina es una enfermedad bacteriana crónica y debilitante causada por la infección por Mycobacterium bovis que afecta al ganado bovino y, en ocasiones, afecta a otras especies de mamíferos, tanto salvajes (jabalí, tejón, ciervos) como domésticos (cabras). La mayoría de los mamíferos pueden ser susceptibles. Es una enfermedad animal de declaración obligatoria que afecta a las personas, si éstas ingieren lecha cruda (no pasteurizada) de vacas infectadas o a través del contacto con tejidos infectados en mataderos o carnicerías.
Los signos clínicos aparecen en los animales en la fase tardía de la infección y se caracterizan por un estado general de enfermedad con neumonía y fiebre baja fluctuante, debilidad, falta de apetito y pérdida de peso. Los animales infectados eliminan las bacterias a través de las secreciones respiratorias, heces y leche, principalmente. La transmisión se da directamente por contacto entre animales sanos e infectados o; indirectamente, por vía oral en la ingestión de piensos contaminados con secreciones de animales infectados, o aerógena en la inhalación de microgotas en forma de aerosol. Requiere de un diagnóstico en laboratorio para su confirmación.
La prevención y control se basan en el diagnóstico precoz y el sacrificio de los animales confirmados a través de los programas de erradicación, que han reducido o eliminado la tuberculosis en el ganado bovino. El método habitual de detección es un prueba cutánea de la tuberculina, que consiste en inyectar tuberculina bovina por vía intradérmica y, luego medir, el grosor de la piel en el sitio de la inyección 72 horas después para detectar inflamación. La completa erradicación se complica con la infección persistente en los animales silvestres, que actúan como reservorios. Actualmente, no existe ninguna vacuna autorizada.