La provincia salmantina pierde ejemplares de ovino debido a la escasa rentabilidad
La rentabilidad en las explotaciones de ovino pende tanto de un hilo que los pocos productores que existen tienen que hacer malabares con las cuentas como funambulistas. De hecho, muchos no lo consiguen debido a unos precios por los suelos y ante la falta de apoyo de las administraciones. Por este motivo, en tan sólo dos años el número de ejemplares se cifra en 46.000 ovejas menos; para ser exactos, 46.270.
En 2021, la provincia charra cuenta con 347.338 ovejas de 1.887 explotaciones. Mientras que en 2019, el censo acumulaba 393.608 ejemplares pertenecientes a 1.911 productores. Según datos del Observatorio de Precios de Castilla y León la rentabilidad han ido a la baja desde
2015 -con pérdida de un 9’1 % hasta ahora- y la esclavitud del trabajo, hace que muchos ganaderos
hayan cambiado ovejas por ganado vacuno.
Castilla y León encabeza el censo de ganado ovino caprino, tras Extremadura. Y el conjunto de España lidera al sector en toda Europa, no sin grandes y graves problemas como la pérdida de ejemplares, volatilidad del mercado, envejecimiento. La Junta de Castilla y León ha pedido al Ministerio de Agricultura que, en la nueva Política Agraria Común (PAC), se contemple un Plan Estratégico Nacional de Apoyo al Ovino y al Caprino.