El 2017 pasará a la historia como el año en el que a la agricultura y ganadería de Castilla y León se le acabaron los adjetivos. De malo a pésimo, de negativo a catastrófico, a medida que avanzaban los meses no ha dejado de complicarse una campaña que desde el primer momento se planteó complicada. ASAJA presentó el balance de estos doce meses, que se resumen en unas pérdidas de alrededor de 1.500 millones de euros, que “hunden al sector agrícola y ganadero y por extensión al medio rural, muy dependiente del sector primario, y que además tendrán una repercusión muy negativa en la economía global de la Comunidad Autónoma”, ha apuntado Donaciano Dujo, presidente de ASAJA de Castilla y León, en la presentación del balance de estos doce meses, acompañado por otros responsables de la OPA.
Las pérdidas se han repartido en todas las producciones. Desde el secano, privado casi totalmente de lluvias, hasta el regadío, sin reservas para afrontar riegos, pasando por la ganadería, puesto que no hay pastos desde otoño de 2016 y las explotaciones han tenido que multiplicar gastos en alimentar a los animales. Y, por si quedaba algo en pie, las heladas de primavera arrasaron producciones muy importantes para Castilla y León, como el viñedo o los frutales. “Es decir, que el 2017 se va recordar como un año pésimo en todas las provincias y por todos los agricultores y ganaderos”, lamentó Donaciano Dujo.
Contra lo que ocurría en el pasado, esta escasez de producciones no se ha traducido en un buen precio. “Los precios han seguido en tónica con años anteriores, con apenas variaciones, y muchas veces en el límite o por debajo de costes de producción, como ha ocurrido con la patata, un sector que sigue desrregulado pese a los esfuerzos de ASAJA por llevar adelante la interprofesional”, apuntó Dujo.
También tuvo palabras duras para la industria, concretamente, para la de leche, “que paga peor a nuestros ganaderos que a los del resto de Europa cuando nuestro país es deficitario en leche. La industria láctea española está obsoleta y no es competitiva respecto a la de otros países europeos, y en lugar de hacer su reconversión quita ese dinero a nuestros ganaderos para suplir falta de eficiencia. Algo que las administraciones no deberían permitir”.
En este contexto de máxima dificultad para el sector, el presidente de ASAJA Castilla y León arremetió contra las administraciones, “que no han estado a la altura de esta crisis, la más grave que ha vivido el sector desde hace décadas”. Para ASAJA, los préstamos han sido totalmente insuficientes y han dejado fuera justo a los que más lo necesitaban “y de las ayudas directas a las explotaciones más hundidas y a los jóvenes que empiezan es que directamente la administración no ha querido ni hablar. Y encima, han enturbiado aún más el ambiente, haciendo propaganda continua de las ayudas que supuestamente iban a dar al campo. Han puesto a la sociedad contra nosotros, y los agricultores y ganaderos se han sentido justamente ofendidos y estafados”.
Donaciano Dujo pidió a la Junta de Castilla y León “más hechos que promesas. Ya sabemos que va a llegar el 95 por ciento del anticipo de las ayudas PAC, como llega todos los años, y por cierto de fondos europeos. Si la Junta y el Ministerio quieren de verdad ayudar, que paguen también todo lo pendiente del Programa de Desarrollo Rural de los años 2016 y 2017, como ayudas a la incorporación, planes de mejora, montaña o agroambientales, ahí sí que cofinancian todos.”
En el capítulo del riego, ASAJA también ha denunciado el desmedido coste que suponen las tarifas al impedir el sistema actual que se cambie la potencia requerida, aunque luego sólo se precise unos pocos meses al año.
Se cifró en unos 30.000 euros el sobrecoste en alimentación que están asumiendo cada año una explotación media de ganadería extensiva; privada como está de pastos desde hace un año. Respecto al saneamiento ganadero, otra de las grandes preocupaciones del sector se subrayó que hay un problema sin atajar que es el de la proliferación de fauna salvaje, principalmente en zonas de montaña. Igualmente, se subrayó la importancia de que el saneamiento sea idéntico en todo el territorio, “por lo que el ministerio tiene que unificar criterios entre todas las comunidades”. Además, reclamó la cooperación de todas las administraciones, europea, nacional y autonómica, para encarar el problema del control de fauna salvaje, y especialmente del lobo, especie que sigue ocasionando enormes problemas en el medio rural.
ASAJA, con el sector
Por su parte, el secretario general de ASAJA de Castilla y León y de la organización en la provincia de León, José Antonio Turrado, describió 2017 como un año “muy duro para los agricultores y ganaderos y como tal, para ASAJA, que es reflejo del sentir del sector. Hemos tenido un año difícil a nivel sindical, muy reivindicativo con las administraciones, y también un año de mucho trabajo en nuestra red de oficinas, donde los agricultores y ganaderos han acudido para tramitar ayudas, préstamos o cualquier otro tema que nuestro equipo técnico se ha esforzado en atender, porque hoy el objetivo principal es que remonte el sector y pueda superar esta grave crisis económica”.
También señaló el secretario regional que esta madrugada de miércoles 13 de diciembre las nueve organizaciones provinciales de ASAJA presentaban sus candidaturas para concurrir el próximo 11 de febrero a las elecciones del campo. “Ilusión no nos falta, ni a los dirigentes, ni a los trabajadores, y la transmitiremos a nuestros socios, simpatizantes y votantes, porque es muy importante lograr una alta participación. El objetivo de ASAJA es ganar con una amplia mayoría, y que se traduzca en las urnas lo que somos en realidad: la organización con más socios, que representa a la mayoría de los agricultores y ganaderos de Castilla y León”. Turrado señaló que, contra los políticos, “nosotros no basamos nuestro discurso en promesas, sino que nos presentamos con el trabajo y unidad de nuestra organización, la única con representación real en las nueve provincias”. Por último, abogó por una campaña seria en la que unos y otros transmitamos nuestro mensaje y modelo de agricultura. No es tiempo de peleas entre nosotros, que los agricultores no entienden. Nuestros enemigos no son las otras OPAS, sino las administraciones que no nos escuchan o las industrias que no pagan lo que deben”.