La comarca de Peñaranda de Bracamonte se verá afectada por esta condicionalidad en la PAC 23
La técnico de ASAJA Salamanca, Rebeca Bustillo, explicó que «no se podrán echa ni fertilizantes ni fitosanitarios en una franja de 5 metros de márgenes de ríos y canales, zonas que aún no están delimitadas por la Administración». Ésta será una de las nuevas medidas obligatorias de la condicionalidad para el cobro de la PAC en 2023 que más influirá en la comarca de Peñaranda de Bracamonte, al ser un de las zonas de la provincia con mayor extensión de cereal y regadío.
La organización agraria ASAJA Salamanca reunió, la mañana del 20 de octubre, a 150 personas en el Centro de Desarrollo Sociocultural de Peñaranda de Bracamonte y, esa misma tarde, a 70 personas en la Cooperativa San Isidro de Macotera, para aclarar a los profesionales del campo cómo va a ser la PAC en 2023. Tras la inauguración de Juan Luis Delgado, presidente de la OPA que abrió las puertas de la asociación a todos los interesados, Bustillo explicó las diferencias con la futura PAC, quien recordó que «la condicionalidad es obligatoria y los ecoregímenes o ecoesquemas son voluntarios».
«Otra de las condiciones es rotar en las parcelas los cultivos al cuarto año, contando desde 2021. En cultivos como la patata o la remolacha no habría problema, pero sí en el maíz. Esto afectaría en 2024, por lo que pueden romper, ahora, con el ciclo y comenzar después con esos 4 años de maíz», según Bustillo. Sobre la diversificación, también obligatoria, cuando se tienen tres cultivos, el principal no puede pasar del 70 % -antes del 75 %- y los dos primeros tampoco suponer el 90 % -antes del 95 %-. «Los profesionales del campo están exentos, de momento, tanto de rotar como de diversificar por la guerra de Ucrania, pero es obligatorio». Otra de las medidas exentas de cumplimiento por la guerra de Ucrania, pero obligatorias, es dejar el 4 % de barbecho, que, en la actualidad, se puede sembrar, excepto para maíz y soja.
«Estamos a la espera de los modelos de cuadernos digitales de explotación, que antes se podían cumplimentar de cualquier aplicación y ahora estarán unificados por la Administración. Será obligatorio desde 2023 y éstos deberán incluir información de riego, de estiércol, de abonado y de fitosanitarios».
El pago redistribuido también afectará a la comarca de Peñaranda, «habrá poco margen de maniobra y, si se dividen las explotaciones grandes, corren el riesgo de crear una condición artificial y, por lo tanto, podrían perder la ayuda», aclaró Bustillo.
Ecoregímenes
Rebeca Bustillo recordó algunos de los ecoregímenes a los que se podrían acoger en esta comarca e incidió en que «son voluntarios». Para labor, el ecorégimen de tierras de cultivo arables, por el que se debería cumplir al menos uno de los siguientes tres condicionantes: rotación, siembra y espacios para la biodiversidad. En cuanto a la rotación, tres medidas: dejar, al menos, el 10 % de leguminosas y oleaginosas, mínimo un 5 % de leguminosas; dejar un 20 % de barbecho, excepto en las comarcas de Salamanca y Peñaranda de Bracamonte que ascienden al 40 %; y rotar los cultivos del 50 % de la explotación.
En cuanto a la siembra directa, se hará sobre el 40 % del rastrojo del año pasado y rotar todos los años. Y, por último, en cuanto a la biodiversidad de deberá dejar el 7 % como mínimo para fauna, lepidópteros, pájaros…
La técnico de ASAJA Salamanca aclaró que, de cumplir con estos ecoregímenes, la ayuda podría suponer, para el secano, entre 40 y 48 euros por hectárea para las 70 primeras has; un 30 % menos para las siguientes. Y, para el regadío, ascendería a una suma de entre 133 y 152 euros, hasta las 25 primeras hectáreas y, luego, se aplicaría un degresividad del 30 % para las siguientes has, al igual que sucede en secano. Sin embargo, de cumplir con la biodiversidad, se cobrará entre 45 y 56 euros por hectárea.
«Una de las novedades es que no habrá ayudas asociadas ni a colza ni a girasol, pero sí a leguminosas como las lentejas sin que sean de calidad», desveló Bustillo.
Asimismo, ASAJA Salamanca aconsejó a los profesionales del campo que «estén muy pendientes» de la nueva convocatoria de ayudas agroambientales que saldrá en las próximas semanas. «Se solicita una vez, una vez concedida, se mete en la PAC y se contaría con esta ayuda durante cinco años», aclaró la técnico de la OPA, Rebeca Bustillo.