Noviembre 2022 | CON LA QUE ESTÁ CAYENDO en términos generales, a las familias de nuestro país no les preocupa el paro, ni llegar a fin de mes, no poder ahorrar, ni el precio del gas o la luz, ni que el gasóleo esté al doble que hace un año. No. Los que les preocupa de verdad es la Agenda 2030. Me cansa enormemente que toda la sociedad hayamos entrado en el juego del ecologismo radical. ¡Ojo!, con esto no quiero decir que todo puede valer, no; debemos tener un control moderado de nuestras acciones, personales e industriales; eso sí, moderado. Lo que estamos viendo es una pura pantomima, es hacer por hacer algo, con eso ya eres lo más, eres súper eco. Un grupo de activistas ecologistas plantando 10 árboles —una buena labor, sin duda—, tiene una repercusión enorme; pero el agricultor que sembró 10.000 almendros o pistachos es un contaminador en potencia. El perroflauta que tiene tres gallinas en un huerto, un borrico y cuatro coliflores, es el auténtico salvador del planeta; y, en realidad, el susodicho no es capaz ni de sacar nada para alimentarse. En cambio, el que gestiona una granja de mediana dimensión (con licencias, controles sanitarios, generando trabajo y manteniendo los lineales de alimentación) es el que nos va a matar a toda la población.
Estas últimas semanas hemos estado haciendo mil cábalas para cuadrar la sementera, ajustándola para poder percibir las limosnas de la PAC 2023. Todas las limitaciones y trabas que nos ponen para desarrollar nuestra actividad son fruto del ‘esfuerzo’ de los 60.000 funcionarios de la Unión Europea cuando decidieron ponerse a trabajar. ¡60.000 burócratas rizando el rizo! Parlamento Europeo, Consejo Europeo, Comisión Europeo, Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Banco Central Europeo y Tribunal de Cuentas. Solo en la Comisión Europea son 32.000 funcionarios; 2.403 son españoles. Y, si nos miramos un poco más el ombligo, llegamos al Gobierno nacional: Congreso, 350 diputados; Senado, 265. Y al servicio de todos estos: 22 ministerios; y al servicio de estos ministerios: 133.780 funcionarios. ¡Ojo!, que, en estos datos, no incluyo ni al profesorado, ni sanitarios, ni seguridad o defensa… solo funcionarios, encargados de complicarnos la vida a los que queremos trabajar. Hago este repaso de la cantidad de personal que tenemos al cargo de los ciudadanos para dar sentido a la sinrazón de la puñetera Agenda 2030 que terminará con el cometido de la profesión más antigua del mundo: la agricultura.
Menos sentido tiene el empeño europeo actual. En estos días, se ha celebrado, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) en Egipto, a la que se han presentado casi 200 países. Europa, al completo. ¡Tiene mucha gracia la cita! Los tres países que más contaminan: China, India y Rusia, que suman casi el 40 % de los gases de efecto invernadero, no participan. Parece que no les va bien ‘perjudicar’ la economía de sus ciudadanos. En cambio, en Europa, que tan solo aportamos en torno al 8’5 %, no nos importa cargarnos la soberanía alimentaria, para dar un ejemplo a éstos otros, que nos lo pagarán con palmaditas en la espalda.