El Itacyl continúa investigando la adaptación del pistacho a determinadas zonas de la meseta, su rentabilidad y su alta demanda hacen del pistacho una interesante alternativa a los cultivos tradicionales en Castilla y León. Para garantizar su viabilidad y maximizar esa rentabilidad, es necesario conocer las condiciones más adecuadas para su implantación, como las necesidades de horas de frío, resistencia a las heladas tardías en primavera, humedades relativas durante el ciclo vegetativo o las unidades de calor. Todo ello permitirá determinar qué variedades y formas de cultivo se adaptan mejor a las condiciones climatológicas de la comunidad.
En esta línea, el Itacyl, en colaboración con las principales empresas productoras de la Comunidad, lleva a cabo diversos proyectos de investigación, con el fin de estudiar la adaptación del cultivo de pistacho y otros frutos secos en Castilla y León. Así, en el marco de un proyecto europeo, se trabaja en la caracterización agronómica y productiva en diversas zonas de cultivo, discriminando aquellas con mejores y peores posibilidades mediante la elaboración de un mapa que refleje las áreas más idóneas para su desarrollo.
Además, se están llevando a cabo labores de evaluación y conocimiento de las cualidades de diversas variedades de pistacho y porta injertos en diferentes zonas ambientales de Castilla y León así como la evaluación de dos variedades en cultivo ecológico frente al cultivo tradicional.
El objetivo último de este proyecto se centra en la descripción de las características de este fruto seco y la evaluación de sus cualidades nutritivas para determinar si el clima de Castilla y León le confiere, o no, cualidades relevantes.
Agricultura de precisión para la gestión de explotaciones
Por otro lado, el Itacyl trabaja en un sistema de homogeneización de la producción de pistacho basado en el uso de herramientas y técnicas de agricultura de precisión (agricultura 4.0) para la gestión integral de las explotaciones. El uso eficiente del agua de riego, la ecofisiología de los cultivos o conocer las plagas y enfermedades asociados a los mismos serán factores determinantes en la evaluación de nuevas variedades agrícolas adaptadas a las diferentes zonas agroclimáticas de Castilla y León.
Todos estos estudios han permitido determinar que, teniendo en cuenta los condicionantes climáticos de la Comunidad, las zonas más idóneas para la implantación del cultivo del pistacho son el suroeste de la comunidad y sur de la provincia de Valladolid, si bien los rangos de las medidas y cálculos a realizar para determinar si una zona es apta o no para esa implantación tendrán que ser lo más ajustados al área concreta de estudio para valorar su viabilidad.
Y aunque existen otros condicionantes que hay que tener en cuenta y que pueden influir en la rentabilidad del cultivo, tales como los edáficos, topográficos y agronómicos, que necesitan de su correspondiente estudio y evaluación para determinar su idoneidad, el pistacho se presenta como una alternativa más que interesante para su progreso en Castilla y León. De momento, ya se ha triplicado la superficie en los últimos tres años hasta acercarse a las 1.900 hectáreas. Zamora y Valladolid concentran prácticamente el 70 %.
Desarrollos en planta piloto: alimento saludable
En la Planta de Procesos y Productos Innovadores del Itacyl, dentro del proyecto ‘Reinova’, se ha colaborado en el desarrollo de un snack novedoso, saludable y diferenciador. Se trata de un snack o aperitivo tipo barrita y crema de pistacho con la empresa Ysolkrea y enriquecido con espirulina que potencia el buscado color verde del mismo y mejora el perfil antioxidante de su harina.
Respecto a su valor nutricional, la Fundación Española de la Nutrición (FEN) describe al pistacho como «una buena fuente de proteína vegetal, lípidos y muy rico también en hidratos de carbono. Posee un alto contenido en grasas insaturadas, sobre todo mono insaturadas, que ayudan a reducir el colesterol total, colesterol LDL (conocido popularmente como colesterol malo) y triglicéridos, así como la tensión arterial».
Bioeconomía
Al igual que ocurre con otros frutos secos, el pistacho es una importante fuente de proteínas, fibra y compuestos antioxidantes como las antocianinas, los flavonoides o los compuestos fenólicos.
Al inicio de su procesado se separa la piel exterior del producto. Este subproducto representa cerca del 3% del total de la producción y se deja degradar naturalmente en las explotaciones, sin ningún tipo de valorización. Sin embargo, dado el elevado contenido en compuestos bioactivos presentes en la piel, fundamentalmente compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes, entre los que destaca el ácido gálico y la catequina, podría ser utilizada como una fuente alternativa de estos biocompuestos naturales.
En el Centro de Biocombustibles y Bioproductos de Villarejo de Órbigo, a través del proyecto cofinanciado con fondos Feader Agroreceovery se trabaja junto a la empresa Agroforestal Esla, en la identificación, la extracción y purificación de compuestos bioactivos de alto valor añadido presentes en la piel del pistacho, utilizando tecnologías verdes, sostenibles y fáciles de implementar. Asimismo, se trabaja en la identificación de aplicaciones innovadoras que permitan incorporar estos compuestos en nuevas cadenas de valor que mejore la viabilidad de los productores.