Madrid, 29 de octubre.- ASAJA exige al Gobierno medidas de apoyo que amortigüen las continuas subidas de los insumos agrarios, que en el último año se han incrementado, como es el caso de los fertilizantes, entre un 239 y 307%; la energía eléctrica un 270% y el gasóleo agrícola casi un 73%, dado que el sector agrario no puede fijar los precios que perciben los agricultores y ganaderos y por tanto no puede repercutir dicho encarecimiento.
ASAJA ha realizado un estudio para conocer el incremento real de los costes de producción- insumos y determinar las consecuencias que tiene en el rendimiento de las explotaciones agrarias. El informe refleja que los precios de los fertilizantes se han disparado en el último año entre un 239 -307%; lo que se traduce en la campaña más cara de la historia. Suben todos los elementos: fósforo, potasio,…pero la mayor subida la registra el nitrógeno, consecuencia de la crisis energética mundial.
En lo que se refiere a los fitosanitarios cabe destacar la subida del glifosato (Roundup) que ha registrado un encarecimiento del 48%, pasando su coste de los 3,30 euros/litro en octubre de 2020 a 4,90 euros en octubre de 2021.
Las semillas de cereal también registran precios al alza, consecuencia del incremento del precio del cereal y suministros (sacos, bigbags, palets,…)
El gasóleo agrícola también se encarece en el último año y lo ha hace en casi un 73%. La misma tendencia creciente registran los piensos para el ganado cuya subida interanual ha sido de un 27%. El estudio realizado por ASAJA refleja incrementos en otros costes de producción que afectan directamente a la rentabilidad de las explotaciones agrarias como son los costes salariales. La subida del SMI en los últimos tres años ha sido del 29,7%, sin incluir las subidas de las cotizaciones a la Seguridad Social. En lo que se refiere a la energía eléctrica el alza es del 270%; un 46% se han encarecido los plásticos, un 33% el agua y entre un 10-25% lo ha hecho la maquinaria.
Cabe recordar que el sector agropecuario supone cerca del 8,4% del PIB, y que durante la pandemia ha dado el Do de pecho, a pesar de las enormes dificultades con las que se ha encontrado, para garantizar la seguridad alimentaria y abastecer de alimentos saludables a la población.