La organización agraria ASAJA de Castilla y León valora muy positivamente que la Junta incluya al porcino, tanto de ibérico como de capa blanca, dentro de los sectores a los que se pueden incorporar los jóvenes recibiendo ayudas de “primera instalación” y de “modernización de explotaciones”.
El porcino y la avicultura, habitualmente excluidos de estos apoyos, se habían incluido en la orden de convocatoria en los últimos años, pero no en el caso de cerdo de capa blanca. Con esta decisión de Agricultura, conocida a través del borrador de la Orden pendiente de su inminente publicación en el BOCYL, se hace justicia con un sector que representa el 35% de toda la producción ganadera de la región y el 15% del valor de toda la producción del sector agroganadero.
El modelo de sector porcino ha pegado un cambio radical en Castilla y León en las dos últimas décadas. La estructura mayoritaria de las explotaciones es de granjas integradas, en manos de explotaciones familiares, donde la empresa integradora es una cooperativa o una empresa privada, modelo también similar al de la avicultura de carne. Mientras que las granjas de reproductoras son pocas y muy dimensionadas, las granjas de cebo están en manos de ganaderos profesionales que las gestionan de forma personal y directa, en explotaciones mixtas donde además de la granja se gestiona una explotación agrícola. Este modelo de gestión del sector porcino hace que nuestro país, y por tanto Castilla y León, esté entre los más eficientes en la producción de carne de cerdo, lo que nos ha convertido en una potencia exportadora dentro y fuera de la Unión Europea.
ASAJA considera un acierto que la Junta financie a los jóvenes los proyectos en el sector porcino, pues es un sector con capacidad y necesidad de crecimiento en Castilla y León. Además, esto supone también apostar por un equilibrio entre subsector agrícola y ganadero y abre puertas a los jóvenes que quieren dedicarse al campo y no tienen una base de tierras suficiente.
El sector porcino, y en menor medida la avicultura, son los grandes consumidores de los cereales y el maíz, los cultivos que ocupan la mayoría de las explotaciones de secano y regadío en Castilla y León. Precisamente el estar en una región productora de cereales, tener buenas infraestructuras en mataderos y salas de despiece, y disponer de territorio minimizando el impacto ambiental, son factores que juegan a favor de una apuesta decidida por el sector porcino de Castilla y León por parte de empresas y cooperativas. Esta apuesta se ve ahora respaldada por la política de la Junta de Castilla y León, en puertas a la puesta en marcha de un nuevo Programa de Desarrollo Rural para el periodo 2014-2020.