El presidente de ASAJA de Castilla y León, Donaciano Dujo, ha reclamado hoy en Burgos que las administraciones intensifiquen los controles sobre las “crecientes y estratégicas” importaciones de cordero, principalmente francés, con las que los intermediarios y mataderos de la región presionan a la baja los precios en el periodo del año más importante para los productores de lechazo de Castilla y León, las fechas navideñas.
Desde el mes de noviembre, coincidiendo con el pico de demanda de este producto, los mataderos regionales comienzan a importar camiones de lechazos franceses, de razas no enfocadas a la producción de carne de calidad, y a un precio notablemente más bajo que el del lechazo autóctono. “Esa entrada de animales tiene por único objetivo presionar a los ganaderos de ovino de la región y obligarles a vender por debajo de costes sus lechazos, porque encima al final ni siquiera el consumidor se beneficie de una bajada de precios, sino que es un margen que se queda la cadena de distribución”, afirma el presidente regional de ASAJA.
Las estadísticas a las que la OPA ha podido acceder demuestran que, mientras en los últimos años la importación de corderos franceses no deja de crecer –en el año 2011 entraron 332.736, frente a los 267.831 del año anterior–, en el mismo periodo la evolución de las cotizaciones del lechazo ha sido negativa y en ningún momento ha seguido la tendencia alcista de los costes de producción. En cuanto a la estacionalidad de estas importaciones, queda probada en el hecho de que cerca del 60 por ciento de los corderos franceses que llegaron en 2011 lo hicieron entre noviembre y diciembre, tendencia que sin duda seguirá en 2012, ya que entre enero y octubre la cifra acumulada de importaciones era de 70.481, con lo que la mayor parte volverá a concentrarse a final de año.
ASAJA es consciente de que importar alimentos dentro de la Unión no es delito, pero considera que sí que hay irregularidades en el hecho de que los mataderos acaben comercializando estos lechazos franceses sin identificar claramente su procedencia o calidad, bajo un mero apunte que indica que han sido sacrificados en Castilla y León. En ese sentido, ASAJA exige a las autoridades competentes que el consumidor sea informado con etiquetado claro y bien visible de la procedencia de esta carne, “para que tenga al menos la posibilidad de comprar su lechazo navideño a los ganaderos de la región, como seguramente es el deseo de muchos ciudadanos, conscientes de que así ese beneficio revierte en su tierra. Algo que sin duda hacen los franceses, que tienen muy claro que tienen que consumir producto nacional”.
Además, Donaciano Dujo pide a las consejerías de Agricultura y Ganadería y de Sanidad que se exija a todas las partidas que cruzan la frontera española “que cumplan las mismas condiciones sanitarias y de calidad que se cumplen en nuestro país”. Reitera así la organización una petición ya formulada el año pasado, que permitió que al menos se frenara un poco la entrada de cordero francés en diciembre, el mes en el que los ganaderos de ovino de la Comunidad Autónoma dan salida a buena parte de sus lechazos.
Por último, ASAJA pide a los ciudadanos, a los consumidores de Castilla y León, que pidan lechazo de la región, un producto de máxima y comprobada calidad. “A veces la gente piensa que no sabe hornear un lechazo como en un restaurante, y que por eso no le sabe igual. Pero casi nunca se tiene en cuenta que no toda la materia prima es igual, que no todos los corderos son iguales. Por eso es tan importante asegurarse de que el lechazo que llega a la mesa de Navidad es de nuestra tierra, que al consumidor no le den gato por liebre”, afirma Donaciano Dujo.