ASAJA ha pedido hoy a la Junta de Castilla y León que convoque ya la línea de apoyo a la suscripción del seguro para la cobertura de los gastos derivados de la retirada y destrucción de los animales muertos en las explotaciones para 2013, la única que por su carácter excepcional y prácticamente obligatorio la Administración regional se comprometió a mantener el año pasado, cuando eliminó de un plumazo el apoyo que prestaba al aseguramiento agroganadero.
ASAJA, que considera “imprescindible” que se sostenga esta ayuda por el seguro de retirada de cadáveres animales que tienen que suscribir los ganaderos “no puede considerarse opcional, ya que desde que el enterramiento está prohibido es la única forma posible para que se coordine la recogida”.
Así parece que lo comprendió la Consejería de Agricultura y Ganadería cuando en 2012 respetó el apoyo que da a estas pólizas, por lo que a ASAJA le sorprende que, cuando ya han transcurrido tres meses de este año, la convocatoria no esté publicada. “Parece que la administración se ha olvidado o querido olvidar de ello”, pero mientras los ganaderos tienen que seguir adelantado la subvención del seguro que debería abonar la Junta”, señala.
Además, ASAJA critica el “desmedido plazo” que existe entre la solicitud de la ayuda al seguro y el abono de la misma. Así, la ayuda para los ganaderos que hubieran suscrito una póliza de este seguro entre el 1 de junio y el 31 de diciembre de 2012, que se solicitó antes del 18 de enero, todavía no ha sido resuelta, “y después de la resolución aún tardará como suele la Junta otro tiempo en pagarla. Al final, es como si el ganadero tuviera que adelantar dinero a la administración, que no se lo devuelve hasta un año después y, desde luego, sin ningún interés”, lamenta la OPA.
Ese dinero pendiente a los ganaderos desde el año pasado rondaría los 2,8 millones de euros. Una cifra importante para unos profesionales que atraviesan momentos complicados. En Castilla y León, cada año se acogen a este seguro cerca de 1.300.000 cabezas de vacuno, más de 3 millones de ovino y caprino, y más de 16,5 millones de cabezas de otras especies (principalmente porcino).