La organización presenta un informe debido a normas que imposibilitan el desarrollo agrario
La organización agraria ASAJA Salamanca, en constante proceso de trabajo con agricultores y ganaderos de la provincia, encuentra diversos impedimentos en las labores habituales de los profesionales del campo. En esta ocasión, la OPA ha elaborado un informe conjunto con el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Castilla y León y Cantabria, que se ha registrado en la Diputación de Salamanca, sobre las normas urbanísticas de aplicación. Ambas entidades solicitan determinadas modificaciones con el objetivo de posibilitar la realización de inversiones en el mundo rural que supongan un desarrollo agrario efectivo.
Las naves agrícolas y ganaderas tienen alturas que no permiten la carga y descarga de los camiones que circulan por las carreteras y, en determinados casos, se limitan las superficies a construir “sin tener en cuenta que se tiende a fomentar la agrupación de los profesionales del sector agrario y que, por tanto, la capacidad de almacenamiento aumenta; por lo que resultan necesarias superficies, en único edificio, cada vez mayores.
En el informe, entre otras normas a contemplar, ASAJA Salamanca y el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos de Castilla y León y Cantabria solicitan que la altura al alero de las naves pueda llegar a los 9 metros, de los 7 actuales, y que pueda ser superior si existe justificación técnica o por otros parámetros urbanísticos como los retranqueos a linderos.
Otra de las peticiones a la Diputación es sobre el cambio en las normas es eliminar la subjetividad a la hora de clasificar el suelo rústico en el que se asientan explotaciones agrícolas y ganaderas. Se pide que se denominen ‘suelos rústicos comunes’ a la totalidad de los provinciales excepto aquellos que, por ser colindantes con cauces públicos, tengan la consideración de zona de dominio público hidráulico. En este último caso, deberán ser considerados ‘suelos con protección natural’. Y aquellos que poseen arbolado de encina o roble deberían ser clasificados como ‘suelos con protección agropecuaria’.
Por último, la tendencia actual en la construcción de naves agrícolas o ganaderas es que la parcela debe contar con la unidad mínima de cultivo (cifrada dentro de las normas, en general, en seis hectáreas en secano o dos en regadío). Se solicita que se puedan vincular parcelas de forma discontinua para cumplir con este requisito de superficie mínima. Y no limitar este caso la edificación a 2.000 m2 y se pueda establecer a un máximo de 10.000 m2.