ASAJA Salamanca quiere mostrar su satisfacción con la decisión de la Unión Europea de autorizar que la segunda prueba de tuberculosis bovina sólo sea obligatoria para las explotaciones que tengan animales positivos. De esta manera se ven cumplida una de las principales demandas de la Mesa de Trabajo de Saneamiento Ganadero impulsada por ASAJA Salamanca y que reclamaba que la propia explotación fuera la unidad epidemiológica.
La demanda realizada por ASAJA Salamanca fue consensuada con distintas asociaciones y colectivos ganaderos de la provincia durante el grupo de trabajo formado el año pasado, en base a la información aportada en las distintas reuniones de trabajo mantenidas con el director del Centro de Vigilancia Sanitaria de la Universidad Complutense de Madrid, Lucas Domínguez. Dicho centro es el Laboratorio Europeo de Referencia para Tuberculosis Bovina.
La medida, anunciada por la consejera Silvia Clemente durante la jornada ‘Programas Nacionales de Erradicación de Enfermedades (tuberculosis y brucelosis) en Ganado Bovino’, entrará en vigor a partir del próximo año y suprime la obligación de realizar sistemáticamente dos pruebas en las explotaciones situadas en unidades veterinarias con tuberculosis, aunque en ellas no hubiera animales positivos.
Esta Organización Profesional considera que dicha decisión es una de la que más favorecen al sector ganadero salmantino aunque recuerda que aún queda pendientes otras demandas respecto al saneamiento, que esperan puedan ser aprobadas en un breve plazo de tiempo para beneficio de todos los ganaderos.
El trabajo realizado por la Mesa de Trabajo de Saneamiento Ganadero, impulsada por ASAJA y en la que también participan la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Vacuno de Raza Morucha Selecta, la Asociación de Criadores de Limusin de Castilla y León, UCHAE y la Asociación de Criadores de Ganado Vacuno Charoles de España, ya se ha traducido en la consecución de varias de las demandas realizadas, como fue la liberalización de movimientos de ganado vacuno y que las explotaciones calificadas como “B3” pasen a “B4” tres años después de la última vacuna o la realización de una única vuelta de brucelosis en casi todas las comarcas salmantinas.