ASAJA de Castilla y León considera que las promesas hechas en el día de ayer en Castilla y León por la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, causan decepción entre los profesionales del campo, pues no aportan nada nuevo para solucionar los problemas del sector. ASAJA lamenta que su declaración estrella sea anunciar que va a pagar ochocientos millones de euros de la PAC antes de fin de año, ya que ese dinero ha llegado a los solicitantes de las ayudas en el mes de diciembre de cada año, sin que quien gobierna haya hecho nada excepcional. Tampoco es novedad comprometer un adelanto de los importes al mes de octubre, ya que también es una medida que se ha convertido en habitual en los últimos años, y es más, los actuales reglamentos europeos permiten el anticipo sin trámite alguno, únicamente con la solicitud de fondos por parte de los estados miembros.
La ministra de agricultura, a falta de ideas que sirvan de revulsivo para el campo de Castilla y León, ha querido convertir en excepcional lo que ha sido normal en mandatos políticos anteriores. ASAJA le pide a la ministra y a la consejera de Agricultura que sean más rigurosas en la gestión de los fondos europeos de la PAC y no politicen un dinero que la Unión Europea ha garantizado para los próximos años con el fin de compensar a los profesionales por los bajos precios que perciben, por las dificultades del entorno en el que desarrollan su actividad, y por su contribución al bienestar animal y cuidado del medio ambiente.
ASAJA de Castilla y León lamenta que la Junta y el Ministerio no se hayan puesto de acuerdo para hacer efectivos los pagos del anterior Programa de Desarrollo Rural (2007/2013), donde la administración arrastra deudas, en algunos casos con tres años de demora, por un importe global de 200 millones de euros. Este dinero que se debe a los agricultores y ganaderos es en concepto de ayudas agroambientales, ayudas a zonas de montaña y desfavorecidas, ayudas a planes de mejora de explotaciones y ayudas a la incorporación de jóvenes al campo.
Tampoco la ministra García Tejerina mostró la más mínima sensibilidad para los problemas que está atravesando el sector del vacuno de leche. Se limitó a enumerar medidas prometidas o puestas en marcha por su departamento que ya han demostrado su ineficacia para llegar a unos acuerdos entre industria, distribución y sector ganadero que garanticen la compra de toda la leche producida a unos precios rentables.