J.V.M. A pesar de la mecanización y tecnificación que ha caracterizado los últimos tiempos al sector agrario, continúan existiendo una gran cantidad de tareas en las que los trabajadores se ven expuestos a factores de riesgo relacionados con el desarrollo de trastornos musculoesqueléticos.
Determinadas actividades obligan a mantener posturas poco adecuadas durante gran parte de la jornada. Estos trabajos que se desarrollan agachados, de rodillas, desde escaleras, con la espalda en flexión, etc., junto con los sobreesfuerzos causados por el levantamiento y traslado de cargas pesadas determinan que aún, hoy en día, una de las principales causas de baja laboral en el sector esté relacionada de forma directa con patologías del aparato locomotor.
La VII Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo en el Sector Agropecuario aporta datos interesantes a este respecto: el 48% de los trabajadores responde que en sus jornadas es habitual permanecer en cuclillas, agachados o arrodillados; un 63% mantiene que su postura más frecuente es estar de pie y andando constantemente y a estos porcentajes debemos sumar un 33,6% que refiere levantar o mover cargas pesadas.
Tres de cada cuatro personas que realizaron esta encuesta sufrían, en el momento de llevarla a cabo, dolores de tipo musculoesquelético que relacionaban con esfuerzos y posturas inadecuadas en el trabajo.
Los trastornos musculoesqueléticos afectan a todas las zonas del cuerpo, si bien es cierto que prevalecen los relacionados con la espalda (zonas cervical y lumbar) así como aquellos que se dan en manos, muñecas, codos y hombros.
Las patologías más habituales son las lumbalgias, tendinitis, tenosinovitis, epicondilitis y neuropatías por atrapamientos de nervios distales, como es el caso del síndrome del túnel carpiano.
Los primeros indicios aparecen como dolor y cansancio durante las horas de trabajo, con el transcurso del tiempo, meses incluso, las molestias no desaparecen por la noche, alterando el descanso y terminando impidiéndonos llevar a cabo incluso las tareas más sencillas.
Debido a su instauración lenta y progresiva, en muchos casos no se les atribuye la importancia adecuada, lo que determina que se conviertan en problemas crónicos.
Incorporando a nuestra rutina diaria ejercicios de estiramientos y fortalecimiento para preparar nuestros músculos antes de iniciar la jornada laboral y al final de está, tal y como se hace en el deporte cuando la exigencia física es alta, disminuimos de forma considerable la posibilidad de desarrollar este tipo de patologías.
La prevención es una de las mejores herramientas para evitar futuros problemas, por ello, Activa mutua recomienda: estiramientos cervicales, dorsales, pectorales, del antebrazo, cuádriceps, gemelos, isquiotiviales.
EJERCICIOS:
Estiramiento cervical: Inspiramos profundamente. Durante la espiración: Flexionando el brazo derecho, colocamos la palma de la mano en la parte posterior de la cabeza, realizamos una flexión del cuello combinada con una flexión lateral, ayudándonos con la mano a llegar al máximo arco de movilidad. Después realizamos el mismo ejercicio con el lado contrario.
Estiramiento dorsal: Elevamos el brazo derecho sujetando la muñeca con la mano izquierda, inspiramos profundamente. Durante la espiración realizamos una flexión lateral del tronco. Mantenemos la posición 15 segundos. Después realizamos el mismo ejercicio con el lado contrario.
Estiramiento del pectoral: agarrados al quicio de la puerta rotamos el cuerpo en sentido contrario al expulsar el aire. Mantenemos 15 segundos..
Estiramiento músculos del antebrazo:
Extensores: realizamos una extensión completa de codo y flexión palmar de muñeca ayudados por la mano contraria hasta notar la sensación de tensión. Mantenemos la posición 15 segundos.
Flexores: Realizamos una extensión completa de codo y flexión dorsal de muñeca ayudados por la mano contraria hasta notar la sensación de tensión. Mantenemos la posición 15 segundos
Estiramiento de cuádriceps: Flexionamos la pierna llevando el talón hacia el glúteo. Mantenemos 15 segundos. Repetimos con la pierna contraria.
Estiramiento de gemelos: con el pie ligeramente desplazado hacia atrás y la planta apoyada en el suelo, colocamos nuestras manos sobre la pared y desplazamos la cadera hacia adelante.
(Como si tirasen de la hebilla de nuestro cinturón). Mantenemos 15 segundos.
Estiramiento de isquiotibiales: El pie elevado y apoyado sobre un soporte. Tratamos de aproximar nuestra barbilla a la punta del pie, como si un hilo imaginario tirase de ésta. Mantenemos 15 segundos.