El consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural recibió, el 23 de noviembre, a representantes de la Indicación Geográfica Protegida Lechazo (IGP) Castilla y León en la sede la Consejería para abordar las necesidades de la IGP y posibles soluciones para el impulso de este producto.
En la reunión han estado presentes el presidente de la IGP Lechazo Castilla y León, Jose Luis Fraile Bascones, junto con otros representantes de la IGP, así como el presidente de la Asociación Nacional de Ovino de Raza Castellana, Jose Castedo Bobillo.
Durante la reunión se abordaron, entre otros, temas como el patrocinio y apoyo publicitario que la Consejería presta a la IGP Lechazo Castilla y León para concienciar y promocionar las bondades de este producto, la necesidad de seguir incidiendo en el uso adecuado de la IGP a la hora de la comercialización para evitar fraudes y el apoyo a las figuras de calidad por medio de sistemas informáticos para asegurar la trazabilidad fiable del producto.
Origen, calidad y tradición
El lechazo es un producto que se distingue por su excelente calidad y que está fuertemente ligado al territorio de Castilla y León y abanderado gastronómico de la Comunidad.
El lechazo es un alimento rico en proteínas de alto valor biológico y con un importante contenido en aminoácidos esenciales. Entre sus beneficios también destaca la capacidad para regular el funcionamiento del sistema cardiovascular a través de la vitamina B. De hecho, una ración de chuletillas aporta el 40 % de la ingesta recomendada de niacina y vitamina B. Por lo tanto, se trata de un alimento aconsejable para una dieta equilibrada.
Se consume de manera tradicional desde tiempos de la colonización romana y se puede obtener tanto de razas autóctonas de Castilla y León como de otras razas bovinas no autóctonas, si bien todas ellas deben cumplir los más altos estándares de calidad y haberse producido en Castilla y León para estar amparados por la Marca de garantía Tierra de Sabor, que garantiza al 100 % que la procedencia del lechazo es de Castilla y León.
Indicación Geográfica Protegida Lechazo Castilla y León
La IGP Lechazo Castilla y León reconoce y protege el lechazo obtenido de las razas ovinas autóctonas castellana, churra y ojalada, cuya perfecta adaptación al medio y a sistemas de crías tradicionales hace que este producto tenga una calidad excelente.
La IGP reconoce la calidad de un producto como consecuencia de sus características propias que lo definen, influenciado por el medio geográfico en el que se producen las materias primas y por el factor humano que trabaja siguiendo unos métodos concretos.
El Consejo Regulador de esta IGP dicta normas de obligado cumplimiento sobre prácticas de explotación y manejo del ganado y sobre calidad de los piensos utilizados en la alimentación de las madres, de manera que se asegure la máxima calidad del producto final, que se caracterizará por tener una carne muy tierna y jugosa con escasa infiltración de grasa intramuscular.
Actualmente en el Consejo están inscritas 772 ganaderías con un total de 411.612 ovejas. En el pasado año 2021 se sacrificaron 266.068 lechazos de I.G.P. y se comercializaron 1.000 toneladas de producto amparado.
Correcta identificación de la IGP Lechazo Castilla y León
La correcta identificación de los lechazos amparados por esta IGP es fundamental para prevenir fraudes. Por ello, el acto final del proceso de control en la producción de lechazos es la calificación de las canales en las que se colocan cuatro vitolas rojas en cada extremidad, por cada lechazo calificado y etiquetado.
Estos lechazos sólo pueden ser comercializados por aquellos Operadores Comerciales inscritos en el Consejo Regulador.
Este proceso ayuda a identificar al animal y su trazabilidad, garantizando al consumidor la auténtica calidad de los lechazos I.G.P. de Castilla y León.