Según fuentes de la Agencia de Meteorología Estatal, este mes de enero de 2022 ha sido el mes más seco que se recuerda desde hace 29 años; es decir, desde 1993. Y con los datos ofrecidos por la CHD, las cuencas de la región se sitúan al 62’64 %, unas cifras de agua embalsada «bastante alejadas» de las del año pasado por estas fechas. 

Precipitaciones

En la mayor parte de Castilla y León, el mes de enero ha sido ‘muy seco’ y sólo en zonas del extremo este y sureste ha llegado a ser ‘seco’. En promedio, el mes alcanza un déficit de precipitaciones en torno al 78 %, con un total de 4 días de precipitación apreciable y 1 día de nieve, prácticamente todos ellos en la primera decena del mes pues la estabilidad y el flujo de componente Este han sido predominantes el resto del mes. Se trata del mes de enero más seco desde 1993.

Destaca la baja incidencia de la niebla (3 días de promedio) y, sobre todo, de la niebla persistente. En la mayor parte de la comunidad las precipitaciones han estado comprendidas entre 5 y 20 l/m2 y solo en algunas áreas del entorno de la Cordillera Cantábrica se han llegado a superar los 35 l/m2.

Temperaturas

En cuanto a temperaturas, a excepción de la provincia de Salamanca, Zamora y mitad Norte de Burgos (que han tenido un carácter ‘normal’), el resto de la región se considera un mes ‘cálido’ y ‘muy cálido’ en la zona noroeste.

La temperatura media se sitúa en un valor 0’6 ºC superior a su promedio, si bien los registros de temperaturas diurnas y nocturnas han tenido un comportamiento opuesto. Mientras que las temperaturas mínimas se han situado por debajo de su promedio, con numerosas heladas generalizadas, las máximas han superado sus valores históricos en gran parte de la comunidad y se han situado en torno a 2’7 ºC por encima de su promedio siendo, con carácter global, el mes de enero con mayor registro de temperatura media diurna (efeméride).

Datos de agua embalsada

Según la CHD, las cuencas en Castilla y León acumulan a primeros de febrero, día 11, un total de 1.802’7 hectómetros cúbicos; es decir, se encuentran al 62’64 %. Un valor que se sitúa ligeramente por debajo de la media de los diez últimos años (1.817’4hm3 y 63’2 %), y bastante alejado de la favorable situación de hace un año con casi 19 puntos más (81’5 %) y unas reservas superiores en más de 500 hm3.

En Salamanca, los principales pantanos se encuentran: al 59’2 % en total.  El embalse de Santa Teresa, al 61’4 % de su capacidad (unos 100 hm3 menos que el año anterior); Irueña, al 45’6 %; y el sistema Águeda, al 77’9 %.

La falta de lluvias sitúa a cinco zonas de la cuenca del Duero en situación de sequía prolongada. Entre esas zonas; el sistema Águeda. Según las previsiones, citada sequía prolongada, habitualmente conocida como sequía meteorológica, es muy probable que afecte el mes que viene a más del 70 % de la superficie de la cuenca.

Actualmente, la situación en la cuenca se puede considerar como muy irregular, destacando la escasez de precipitaciones y las extremadamente bajas o inexistentes reservas de nieve actuales en comparación con las disponibles a principios de febrero de otros años.

Campaña de riego

Como es habitual en la cuenca del Duero, el desarrollo de la campaña de riego 2022 dependerá del volumen de agua embalsada de los embalses al inicio de la misma y de las precipitaciones a lo largo de lo que resta de invierno y de la primavera. Un cambio en la situación atmosférica que hiciera aumentar las aportaciones a los embalses permitiría arrojar mejores datos para la próxima campaña.

Así, se insiste en necesidad de realizar un consumo responsable y eficiente de un recurso valioso y escaso como es el agua