La pasada semana se produjo un nuevo ataque de lobo en el norte palentino, concretamente en Valberzoso, localidad perteneciente al municipio Brañosera. En este caso los lobos se cebaron con una vaca adulta de seis años. En el mismo municipio, otro ganadero ha tenido que ver cómo en septiembre el lobo mataba a seis de sus cabras.
Este tipo de ataques son la tónica habitual en la zona, donde la presencia de lobos es cada vez mayor y parecen estar aumentando los ataques, algo que habrá que ver si es reflejado por las estadísticas oficiales ya que, como se ha reiterado en diversas ocasiones, muchos casos no se denuncian porque el animal desaparece o por el hartazgo burocrático a que se ven sometidos los ganaderos para, en muchos casos, terminar percibiendo una indemnización minúscula o ningún tipo de indemnización.
Desde finales de septiembre se ha prohibido de facto la caza del lobo al ser esta especie incluida en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), medida estrella de la Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera.
Con la imposibilidad de realizar un control poblacional del lobo se está condenando a zonas como la Montaña Palentina, donde se está generando una impotencia y una reducción de rentabilidad entre los ganaderos que dificultará el relevo generacional en las explotaciones y favorecerá el abandono de las mismas, y con este abandono se dejarán de prevenir los incendios, el cuidado de la biodiversidad y el paisaje, la fijación de población y la generación de alimentos de alta calidad, algo que también realizan los ganaderos y sus animales día tras día.