A pesar de que cada vez va surgiendo más evidencia sobre el impacto de la estrategia «De la granja a la mesa» y de las repetidas advertencias que vienen realizando numerosas partes interesadas, los eurodiputados de Comisiones de Agricultura y de Medioambiente han decidido añadir varios requisitos nuevos a la propuesta inicial de la Comisión. No se han llevado a cabo evaluaciones preliminares algunas sobre estas nuevas propuestas respecto del futuro de los productos fitosanitarios o de un impuesto para determinados productos alimentarios, ni sobre el resto de la estrategia.
Reconocemos la labor de los ponentes que han procurado proponer enmiendas de transacción equilibradas entre las miles de enmiendas propuestas mientras que los eurodiputados se concentraban en finalizar los trílogos de la PAC.
En el texto final figuran algunas propuestas y avances interesantes, sobre todo en materia de innovación, de comercio o de absorción de carbono mediante actividades agroganaderas. Sin embargo, un número limitado pero muy impactante de propuestas, aprobadas hoy por el voto de las Comisiones de Agricultura y de Medioambiente , cruzan las líneas rojas y simplemente ponen en tela de juicio nuestra soberanía alimentaria, el futuro de nuestra agricultura y nuestras zonas rurales.
En su estado actual, y a falta de una evaluación de impacto de algunas de las propuestas, el Copa y la Cogeca no están en condiciones de apoyar el informe tal y como se ha modificado en la votación del día de hoy.
Conscientes de la necesidad de adaptarse a los retos medioambientales, y a pesar de la actual situación económica, las comunidades agrícolas de toda Europa se ponen manos a la obra día tras día para satisfacer las exigencias relativas a los límites de emisiones, a la biodiversidad y al bienestar animal, al tiempo que llevan adelante la adaptación al cambio climático. Si la UE quiere que prosperemos, tendrá que apoyarnos con un marco político pragmático basado en objetivos realistas que sean coherentes con su política comercial, salvaguardar la igualdad de condiciones con las importaciones y proporcionar el apoyo financiero y la ayuda necesarios para una transición sostenible. La sostenibilidad medioambiental no puede estar desvinculada de la sostenibilidad social y económica, una sinergia que va unida a objetivos incrementales y pragmáticos.