Palencia se sitúa ya entre las diez provincias de España con más superficie de instalaciones fotovoltaicas, donde ocupan aproximadamente el 0,5 % de la superficie agraria útil (a nivel nacional suponen el 0,2 %). Así se desprende del reciente documento del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) Extensión de los parques fotovoltaicos en España, que recoge datos hasta 2023. Con algo más de 2.200 hectáreas, a las que se sumarán muchas más en construcción o en proyecto, nuestra provincia se situó el pasado año en décima posición. Desde 2016, según el informe, ha crecido el 850 % este uso del terreno en Palencia (en el conjunto de España, el 166 %). ASAJA-Palencia no está en contra de las energías renovables, ni mucho menos; pero defiende que las instalaciones fotovoltaicas no se extiendan en contra el desarrollo de las actividades agroganaderas.
Entre las diez primeras provincias en superficie dedicada a plantas fotovoltaicas, sólo Teruel (+1.150 %) y Valladolid (+908 %) han experimentado mayor incremento proporcional que la nuestra desde 2016. Palencia posee prácticamente una de cada veintitrés (4,4 %) hectáreas de la superficie total de España de plantas fotovoltaicas, que al terminar 2023 ya rondaba las cincuenta mil hectáreas.
En concreto, 49.689 hectáreas de España están ocupadas por parques fotovoltaicos, con un crecimiento sostenido desde 2018, que en los últimos tres años aumenta a un ritmo interanual del 20 %, según los datos del MAPA, con informaciones del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO)
En Palencia la superficie de plantas fotovoltaicas se aproxima ya al 0,5% de la superficie agraria útil de la provincia (476.847 hectáreas en 2023), mientras en el conjunto de España supone en torno al 0,2%. En nuestra provincia ya se contabilizaban al acabar el pasado año 459 instalaciones fotovoltaicas, con una potencia instalada acumulada cercana a los 166 megavatios, prácticamente la décima parte de la que posee la región (1.766 MW).
Prácticamente todas las provincias que encabezan la lista con más superficie de plantas fotovoltaicas en el informe del MAPA pertenecen a la España interior. Por orden de más a menos superficie son Sevilla, Badajoz, Murcia —única de las diez con litoral—, Ciudad Real, Cuenca, Teruel, Zamora —provincia vecina donde sólo el último año ha crecido la superficie el 806 %—, Valladolid, Albacete y Palencia, con 2.206 hectáreas.
UNA PROVINCIA PEQUEÑA. Sin embargo, para calibrar esta clasificación no conviene perder de vista el tamaño de cada provincia, ya que existe mucha diferencia entre ellas. El promedio de la provincia española (sin contar Ceuta y Melilla, ciudades autónomas) ronda los 10.100 kilómetros cuadrados. Por tanto, Palencia, con 8.052, se sitúa bastante por debajo de esa media, al igual que Valladolid, con un territorio muy similar al palentino (8.110 kilómetros cuadrados). Son provincias relativamente pequeñas.
La citada lista de diez provincias con más superficie de parques fotovoltaicos no sólo incluye (en segundo lugar) la provincia más extensa de toda España (Badajoz, 21.776 kilómetros cuadrados), sino que todas las demás —precisamente a excepción de Palencia y Valladolid— superan esa superficie media por provincia de unos 10.100 kilómetros cuadrados.
Además de Badajoz, algunas poseen incluso más del doble del territorio que estas dos de nuestra comunidad, caso de Cuenca y Ciudad Real. Por su parte, Zamora, tercera provincia castellanoleosa del top10, se sitúa prácticamente en la media nacional de superficie, con sus 10.561 kilómetros cuadrados. En suma, las provincias de Castilla y León poseen, en proporción a su territorio total, más áreas de plantas fotovoltaicas que sus compañeras de listado.
EL DOBLE, A CORTO PLAZO. Los datos del informe Extensión de los parques fotovoltaicos en España (Analisis y Prospectiva-Serie Agrinfo número 37) proceden de la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos de Cultivos que el Ministerio realiza cada año desde 1990 en colaboración con los servicios estadísticos de las comunidades autónomas.
El citado informe del MAPA prevé, en función de las solicitudes y proyectos actualmente en marcha, que la superficie se duplicará a corto plazo y se acercará a las cien mil hectáreas de plantas fotovoltaicas en el conjunto de España. Equivaldría, para hacerse idea, a todas las parcelas sembradas de cebada este año en la provincia de Palencia (98.550 hectáreas). Desde 2019 se instalan como promedio en España unas 8.300 hectáreas de parque fotovoltaico cada año.
INGRESOS MUNICIPALES. Como ya denunció en su día ASAJA-Palencia, el sector agroganadero se siente acorralado ante la incomprensión de las administraciones, la voracidad de las empresas fotovoltaicas y la expectativa de recibir ingresos fáciles por parte de los ayuntamientos, aun a costa de eliminar a los agricultores y a los ganaderos de sus zonas tradicionales de trabajo.
Nuestra organización ha pedido a los ayuntamientos del medio rural palentino que sean prudentes antes de embarcarse en macroparques solares con planteamientos que obligan a los agricultores a acudir a los tribunales en defensa de sus legítimos derechos; y que la administración autonómica vele por el cumplimiento de la legalidad y proteja el territorio, no sólo desde un punto de vista medioambiental, sino en la medida en que genera riqueza agropecuaria.
PROCURADOR DEL COMÚN. Asimismo, ASAJA aplaudió en su día la decisión del Procurador del Común de iniciar una actuación de oficio sobre los efectos negativos de la proliferación de los parques fotovoltaicos en el desarrollo agroganadero de Castilla y León. En este sentido, la institución ha trasladado sus recomendaciones tanto a la Junta de Castilla y León como a las diputaciones provinciales para buscar un equilibrio. El Procurador del Común aconseja que no se permita su instalación en suelo rústico de protección agropecuaria ni en terrenos que se hayan beneficiado de alguna inversión pública para mejorar la producción agraria, como zonas de concentración parcelaria y de modernizaciones de regadíos.
En el informe del Ministerio es curioso apreciar qué uso tenían en 2012 las parcelas que una década más tarde (2022) se habían convertido en parques fotovoltaicos: algo más del 42 % se instalaron sobre un parque anterior; hasta el 47 % eran antes cultivos de secano; el 6,3 % eran cultivos de regadío; y sólo el 4 % se pusieron en zonas forestales o no agrarias.
En cuanto a los cultivos preexistentes, una quinta parte del terreno en 2022 ocupado por parque fotovoltaico se sembraba en 2012 de cereales (20,5 %, unas 8.200 hectáreas), no llegaba al 11 % el que era barbecho (4.300 hectáreas) y los cultivos industriales sustituidos suponían casi la décima parte (9,8 %, con cerca de 4.000 hectáreas).
LA BARRERA DE LOS 50 MW. El incremento de solicitudes para instalar parques de producción de energía solar, en el marco del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 en favor de las energías renovables llevaron al Procurador del Común a esa actuación de oficio para buscar un equilibrio entre el fomento de esas energías y el mantenimiento y el desarrollo del sector primario en el medio rural, dada su importancia en Castilla y León y después de que algunas organizaciones agrarias como ASAJA vinieran expresando sus reservas ante el creciente número de solicitudes y las consecuencias negativas des la proliferación de estas instalaciones.
Las instalaciones cuya potencia supere los cincuenta megavatios (que aproximadamente se consiguen con unas cien hectáreas) deben obtener una autorización de la Administración General del Estado (es decir, no basta con las licencias municipales y autonómicas). Por ello, suelen diseñarse sin llegar a esa magnitud: a fecha del pasado noviembre, sólo había diecinueve instalaciones que superasen los 50 MW en toda España, frenre a las 63.147 de hasta 50 MW.
El documento destaca que se encuentra en estado «incipiente» el desarrollo de los llamados «sistemas agrivoltaicos, principalmente proyectos piloto, que consisten en la combinación del aprovechamiento del terreno para la generación de energía fotovoltaica y productos agrarios, siempre que se priorice el uso agrícola como uso principal, y la producción de energía tenga un fin secundario». Estas instalaciones también se plantean con éxito en algunas explotaciones ganaderas, como se ve en la imagen adjunta./