En eso acabaremos convirtiéndonos los ganaderos, en una oferta de carne humana. Eso sí, carne humana de origen vegetal, descripción que no consigo entender cuando leo las ofertas de hamburguesas de “carne de vacuno vegetal” que acabo de ver en Internet. No puedo entenderlo, y tampoco puedo entender como alguno de los organismos que controlan la publicidad engañosa no están abriendo expedientes a las empresas que anuncian dichos productos.
Pues nada más engañoso y falso que la carne de vacuno de origen vegetal, y se permite y se da por bueno este tipo de publicidad, cuando además de engañoso, falso y mal intencionado, es un uso ilógico de las propiedades de la carne. Y digo ilógico porque no soy jurista y no puedo decir ilegal por desconocimiento de los términos legales, ¿pero no creen que sería lógico que fuera ilegal apropiarse de las cualidades de la carne para promocionar productos vegetales?
Si tan buenos son esos productos ¿por qué tienen que escudarse detrás de la palabra carne de vacuno, porcino u otro tipo de carne? ¿Por qué tienen que apropiarse de una denominación que no tiene nada que ver con el producto que se vende?
La verdad es que seguramente los ganaderos, y el sector cárnico en general, merecemos la situación que estamos viviendo. Lo merecemos por no exigir la dimisión de todos los políticos del sector ganadero que no defienden su sector, lo merecemos por no unirnos y denunciar a todos los que se apropian de las denominaciones como carne, leche u otras que son propias de la ganadería, que otros sectores critican y demonizan, pero a su vez las utilizan engañosamente como reclamo para vender sus productos, que nada tienen que ver con lo ganadero. Y, seguramente, lo merecemos por no ser capaces de demostrar a la sociedad en general que somos un sector cuya única finalidad es producir alimentos de máxima calidad, dentro de los máximos estándares en cuanto a bienestar animal y medio ambiente. Por último, creo que lo merecemos por no ser capaces de revelarnos contra falsos ecologistas que necesitan un chivo expiatorio para desviar la atención de los sectores que realmente contaminan. Pues no debemos olvidar que la ganadería en Europa sólo emite el 7% de los gases de efecto invernadero, ¿es que a nadie le importa qué sucede con el otro 93%?
Pues eso, no dejemos de disfrutar de esa carne o esa leche de origen animal, que de producir alimentos más sostenibles llevamos muchos años encargándonos los ganaderos.
Al final todo tiene que ver con lo “eco” pero los que se escudan en lo eco…lógico para sacar partido eco…nómico engañan, utilizan y se burlan de los que compran pensando en la ecología.
Fernando Gutiérrez, ganadero de vacuno de Quintana del Puente (Palencia).