Ganaderos de ovino convocados por ASAJA y UCCL se concentraron hoy ante las puertas de la Consejería de Agricultura y Ganadería en Valladolid para protestar por la dramática situación que arrastra el sector desde hace años.
Tras una pancarta en la que podía leerse «sin precios justos la ganadería se acaba», los ganaderos exigieron que los precios actuales, por debajo de costes, se incrementen “al menos en 15 céntimos, logrando un umbral que al menos permita a las explotaciones producir sin tener que poner cada mes dinero”. Hoy, los ganaderos de Castilla y León perciben unos 72 céntimos por litro, una cantidad ridícula, por debajo de la media nacional y 13 céntimos por debajo de lo que reciben los de Castilla-La Mancha.
El sector demandó que la Consejería de Agricultura y Ganadería ejerza de árbitro para evitar los abusos actuales, con una distribución interesada en vender queso a bajo precio como producto reclamo y unas industrias que se doblegan a ello, y que al ser poco competitivas ajustan su cuenta de resultados apretando al eslabón más débil, el ganadero. Hoy por hoy, hay unas 2.300 granjas de ovino de leche en Castilla y León, mayoritariamente familiares, que día a día acumulan pérdidas y luchan cada vez con menos fuerzas para evitar abandonar.
El hecho de que Castilla y León sea la comunidad española con mayor censo de ovino de leche, con 1.028.302 hembras destinadas a ordeño, representando el 42,4 por ciento del censo de ovino de leche español, y que aquí también radiquen las principales industrias de transformación, “hace que la política que al respecto ejerza el Gobierno de la Junta sea determinante. Estamos hablando de un sector muy de la tierra, de unos ganaderos fundamentales para el sostenimiento de la vida en los pueblos y de unas industrias que reciben importantes ayudas de la administración regional, ayudas que deben estar condicionadas a que tengan un verdadero compromiso con el sector ganadero de Castilla y León”.