Aunque parte del incremento de consumo de legumbre hay que achacarlo al acaparamiento provocado por la incertidumbre de los primeros momentos del confinamiento, no es menos cierto que el cambio de tendencia que comenzó a manifestarse en 2016 parece haberse afianzado en los hogares españoles alcanzando en 2019 un aumento acumulado del 8% desde esa fecha.
Cantabria continuó en 2020 manteniendo el puesto de mayor consumidora de legumbres en España, con 5,2 kilos por persona y año. Por encima de la media de 3,91 kg quedaron, por este orden, Baleares, Cataluña, Aragón, País Vasco, Asturias y Valencia. A la cola de esta clasificación se sitúa Galicia con 3,14 kilos per cápita. Todas las comunidades autónomas experimentaron crecimiento.
En cuanto a variedades, los españoles mantuvieron su preferencia por el garbanzo con 1,63 kg/persona, seguidos por lentejas y alubias con 1,18 y 1,11 kg/persona respectivamente.
Desde el punto de vista nutricional, la importancia de aumentar la presencia de las legumbres en la dieta, tendencia en los países occidentales, es por su alto contenido en proteínas de carácter vegetal, hidratos de carbono, fibra, minerales y vitaminas.
Además de su riqueza como alimento, las legumbres contribuyen a la filtración de nitrógeno y a la mitigación y adaptación del Cambio Climático, lo que, según la FAO, reafirma su contribución a la agricultura sostenible y al logro de la Agenda 2030.