En la recta final de la campaña de las elecciones europeas, que en España se celebrarán el próximo domingo, 9 de junio, ASAJA-Castilla y León duda sobre la idoneidad de la candidata del PSOE, Teresa Ribera, actual ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, para defender al sector agroganadero en el ámbito comunitario. Para nuestra organización, su labor desde esta cartera se ha caracterizado por legislar de espaldas a los agricultores y ganaderos, e incluso en su contra. Teresa Ribera ha desoído por completo cualquier reivindicación del sector agrario y ha antepuesto su propia y sesgada visión sobre qué deben ser el medio ambiente y la gestión de recursos.
La reciente celebración en Valladolid del mítin central de los socialistas en Castilla y León, lejos de aclarar dudas, ha vuelto a confirmar a ASAJA la desconfianza que genera para nuestro sector. Algunas de sus desafortunadas declaraciones en ese acto político resultan ofensivas para los agricultores y ganaderos, así como para las mujeres que trabajan en esta actividad. Ribera afirmó el pasado sábado que aquellos quieren a las mujeres «nada más que para que estén atadas a la pata de la cama», por lo que nuestra organización en Valladolid ha reclamado ya una rectificación de esas manifestaciones.
ASAJA-Valladolid, al igual que hizo con el anterior alcalde de la ciudad, el ministro Óscar Puente, por sus ataques al campo, declara persona non grata a la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico hasta que se retracte de tan desafortunadas manifestaciones.
PLAN HIDROLÓGICO DEL DUERO. Una prueba del talante duro y férreo de la ministra es que, bajo su gestión, se aprobó el Plan Hidrológico de la Cuenca del Duero 2022-2027 sin consenso, con un rechazo inédito en la historia de los planes hidrológicos del Duero, que siempre habían recibido el apoyo mayoritario del Consejo del Agua.
En su etapa, la política del agua ha colisionado frontalmente con los intereses de los agricultores y ganaderos: menos regadíos, menos concesiones de agua para agroindustrias, agua más cara y mayores restricciones agronómicas en las zonas regables.
LOBO Y ECORREGÍMENES. Idéntica cerrazón ha demostrado con su decisión de ampliar el estatus del lobo, pasando a ser especie estrictamente protegida, por lo que no pueden gestionarse ni controlar las poblaciones, lo que perjudica y sitia a la ganadería extensiva.
Además, esta postura no se ha movido un ápice, a pesar de las recomendaciones desde la propia Comisión Europea para proteger a los ganaderos; y de los datos contrastados sobre el aumento de los ataques a la ganadería a raíz de la decisión.
El sesgo antiagrarista de la ministra y vicepresidenta del Gobierno quedó demostrado en su imposición ante el Ministerio de Agricultura de unos ecorregímenes y unas normas de condicionalidad reforzada de la PAC excepcionalmente duras, que incluso iban mucho más allá de lo que exige Bruselas. Parte de ellas han tenido que ser matizadas por su irracionalidad, a raíz de las protestas del sector de los últimos meses, lideradas por ASAJA.
DOS VARAS DE MEDIR. La rigidez normativa demostrada con el campo se ha tornado en laxitud cuando se trata de la invasión de plantas fotovoltaicas, fenómeno que está arramplando con los usos del territorio rural español.
En este tema, por el contrario, el ministerio de Teresa Ribera ha pecado de laxitud, dando facilidades a los fondos de inversión que han creado macroparques ocupando miles de hectáreas de suelos agrícolas y ganaderos, sin la más mínima cortapisa.
Para ASAJA, es difícil confiar en que ahora vaya a ser una buena defensora del campo y del medio rural la misma persona cuya obcecación ha sido decisiva para empeorar las condiciones en las que los agricultores y ganaderos desempeñan su trabajo. Nuestra organización considera que Ribera es un ejemplo del despotismo verde que tanto gusta en Bruselas: todo para el campo, pero sin agricultores y ganaderos.