El balance del Observatorio de Carralobo (Astudillo) registra poco más de 19 litros y una temperatura media de 9,1 grados, entre las cinco más elevadas de la estación en las últimas cuatro décadas

El balance correspondiente al mes de marzo del Observatorio Meteorológico de Carralobo, que Mariano Bustillo gestiona en la localidad palentina de Astudillo, viene a ratificar lo que los profesionales del campo vienen temiéndose desde hace semanas. El pasado mes fue relativamente seco, con apenas 19,3 litros por metro cuadrado recogidos entre los nueve días de precipitaciones que se produjeron en este lugar. Según Bustillo, agricultor jubilado, «se trata de una cantidad muy escasa para lo que necesita el campo». De los nueve días de precipitaciones, solo resultaron significativos los casi diez litros (9,8) que cayeron en la jornada del 8 de marzo, más de la mitad de la lluvia recogida en todo el mes.

Las bajas precipitaciones de marzo se suman, además, a un mes de febrero que tampoco fue muy lluvioso, con 21,8 litros por metro cuadrado. Bustillo recuerda en su resumen mensual que en marzo de 1962 la precipitación alcanzó los 165,7 litros por metro cuadrado, lo que le convierte en el marzo más lluvioso de los que se tiene registro en Carralobo. En marzo de 2013 se superó también el centenar de litros por metro cuadrado (102,4) y en ese mismo mes de 2018 se rondó el umbral de los cien litros (96,4).

Por lo que respecta al mercurio, el pasado marzo se mostró como uno de los más calurosos desde que se tienen registros en Carralobo, con una temperatura media del mes de 9,1 grados, entre las cinco más elevadas de los últimos 42 años. La máxima del pasado mes se midió el día 29, con 23,5 grados; y la mínima, 7 bajo cero, se registró en la madrugada del día 3. Se ha producido, por tanto, una oscilación extrema mensual muy alta, con 30,5 grados. El refrán del mes con el que Mariano Bustillo, reciente Premio Nacional a la Colaboración con la AEMET, cierra su parte es el siguiente: «Marzo a su mitad, la golondrina viene y el tordo se va», que refleja ese cambio térmico que suele darse en marzo, un mes a caballo entre el invierno y la primavera.