Las organizaciones agrícolas de la Unión Europea (UE) han reclamado a los responsables políticos comunitarios que reconsideren el acuerdo comercial con el Mercosur tras la reciente suspensión por parte de Brasil de las exportaciones de carne de hembras de bovino. El Mercado Común del Sur (Mercosur) es el bloque económico fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, al que se incorporaron posteriormente Venezuela (miembro suspendido desde 2016) y Bolivia (desde 2023). La última auditoría de la UE revela los persistentes problemas de Brasil para cumplir las normas europeas de seguridad alimentaria, en particular en el seguimiento de las hormonas prohibidas. Pero también hay divergencias en el uso de los fitosanitarios en diversos cultivos.
Una auditoría de la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la UE ha detectado importantes lagunas en la capacidad de Brasil para rastrear el uso de hormonas en sus exportaciones de ganado a la UE (en particular, el estradiol 17β, una hormona de crecimiento ampliamente utilizada en el país sudamericano, pero prohibida en la zona comunitaria desde hace más de cuatro décadas, debido a sus posibles riesgos de cáncer).
Pese a estos hallazgos, la Comisión Europea ha permitido a las autoridades brasileñas aplicar una autoprohibición hasta que puedan garantizar las exportaciones a la UE de carne de vacuno sin hormonas. Esta decisión ha suscitado serias dudas sobre la idoneidad de la supervisión y la fiabilidad de la autorregulación brasileña, especialmente tras el reciente escándalo de la carne fraca, que evidenció graves fallos normativos en la industria cárnica brasileña.
USO DE FITOSANITARIOS PELIGROSOS. Asimismo, en el ámbito de los cultivos herbáceos, Brasil presenta dificultades reiteradas para restringir el uso de productos fitosanitarios peligrosos. Las diferencias cada vez mayores en términos de normas fitosanitarias entre Brasil y la UE conducen a una situación insostenible e inaceptable para los agricultores comunitarios.
Por ejemplo, un estudio del CEPM que se publicará próximamente muestra que el 52 % de las sustancias activas autorizadas para su uso en el maíz en Brasil y Argentina ya estan prohibidas en la UE (algunas de ellas, como la atrazina, hace incluso más de quince años). El CEMP es una entidad que reúne a organizaciones gremiales e interprofesionales para representar y defender en diez países comunitarios los intereses de toda o parte de la cadena del maíz (maíz, maíz ensilado, maíz semilla y maíz dulce), países que representan prácticamente el 90 % de la producción de este cereal en la UE-28.
REMOLACHA AZUCARERA. En lo que respecta a la remolacha azucarera, hay alrededor de treinta sustancias activas autorizadas en la caña de azúcar en Brasil que ya no se permiten en la remolacha azucarera en la UE. Estas diferencias no se pueden explicar únicamente por diferentes condiciones, como el clima, el suelo o las medidas de mitigación. Una sustancia activa considerada peligrosa para la salud o el medio ambiente en la UE también debería considerarse peligrosa en los países del Mercosur.
Los agricultores europeos están alarmados por los posibles riesgos de aumentar las importaciones procedentes de Brasil en el marco del acuerdo UE-Mercosur, ya que ello socavaría las estrictas normas comunitarias en materia de bienestar animal, protección del medio ambiente y salud de los consumidores.
Permitir el acceso al mercado europeo a productos que no cumplan estas normas establecidas sería un perjuicio para los productores y los consumidores de la UE. Por eso, instamos a los responsables políticos de la UE a que rechacen este acuerdo en su forma actual y a que defiendan una política comercial que respete las rigurosas normas de nuestro sector agrícola y refleje los valores europeos, tal como se subraya en el Diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura./