El agravamiento del conflicto en Oriente Próximo no sólo ha disparado el precio del petróleo, sino que arrastra a la cotización de otras materias primas, incluidos los cereales. Así lo reflejó la mesa de estos productos en la Lonja de León celebrada este miércoles, 2 de octubre, donde dejó de cotizar el grano de maíz antes de marcar nuevos precios con la próxima cosecha.

Si hace un mes la mesa del cereal no mostraba una dirección clara, ante las noticias con efectos contrapuestos (cosecha aceptable, conflictos internacionales, aumentos de la importación desde Ucrania, etcétera), al día siguiente del ataque de misiles de Irán a Israel el mercado de producciones agroganaderas ya ha reaccionado con tendencias alcistas. Así lo demuestran los cuatro euros por tonelada que ha subido la cotización del trigo, los tres euros de la cebada, y los dos euros que ganan el centeno y la avena.

Al conflicto bélico del Oriente Próximo se ha unido además, según apuntan desde la Lonja de León, que la sequía retrasa la siembra de trigo en Rusia, principal exportador a nivel mundial de este cereal. «Si esta labor no se hace a tiempo, la entrada del invierno puede causar una merma importante de las producciones», explican.

No es una cuestión menor. Cada año Rusia exporta del orden de cincuenta millones de toneladas de trigo, que es el equivalente a seis veces la producción española de trigo en un año bueno, como 2021 (8,3 millones de toneladas, la mejor cosecha de este cereal de la última década); y unas diez veces la producción anual de España en años malos, como 2012 (5,1 millones de t) o 2017 (4,8 millones de t).

En cualquier caso, pese a las correcciones al alza de las últimas semanas, recordemos que los cereales aún acusan importantes pérdidas de precio interanual, con el riesgo que implica para muchas explotaciones cerealistas. Habría que remontarse casi cuatro años (otoño de 2020) para encontrar precios del trigo y la cebada menores que los actuales en la misma lonja leonesa.

UNA QUINTA PARTE MENOS EN UN AÑO. La bajada sólo en los últimos doce meses es del 11,4 % en el trigo, del 12,8 % en la cebada, del 20,9 % en el centeno y del 33,6 % en la avena. Así pues, el promedio de caída interanual en el cereal ronda hoy el 20 %.

Ese descenso de una quinta parte en el valor de la producción, si echamos la vista a la misma lonja leonesa de 2022 por estas mismas fechas, se dispara al 40 % en el trigo, el 42 % en la cebada, el 46 % en el centeno y el 45 % en la avena. Ciertamente, aquellos precios venían muy condicionados por los primeros meses de la guerra de Ucrania, con las importaciones más limitadas y los costes de producción disparados; y repercutían negativamente en el sector ganadero.

LA TONELADA DE PAJA, DOS EUROS MÁS CARA. Por su parte, el girasol ha repetido este miércoles los precios de la primera sesión de la nueva campaña, tanto el convencional como el alto oleico. Y se mantienen también todas las variedades de patata y los forrajes, salvo la paja, que gana dos euros por tonelada, arrastrada acaso por la citada inflación del combustible, coste indispensable para la recogida y transporte de esta materia.

Por su parte, en la alubia ha comenzado a cotizar la variedad canela a 1,50 euros el kilo, precio inferior (-9 %) al de la pasada campaña (1,65 €), mientras la pinta se mantiene en 1,20 €/kg, y la riñón de León sube cinco céntimos por kilo hasta los 1,55 euros./