La Lonja de León ha retomado la cotización de la paja con la nueva cosecha y se paga a 40 euros la tonelada, prácticamente una tercera parte del precio medio que en ese mismo mercado alcanzó durante la pasada campaña, marcada por la sequía y la escasez de este producto, que llegó a pagarse en ese mercado a 155 euros/tonelada el pasado febrero.

Al precio actual de cotización y, teniendo en cuenta los elevados costes en carburante que requiere su recogida, empacado y transporte para su almacenamiento, el margen que este año el agricultor va a poder sacar de la paja de cereal será relativamente bajo, en un escenario de oferta suficiente.

Nada que ver, desde luego, con los precios del pasado año, que se dispararon y repercutieron muy negativamente en el sector ganadero, donde este producto es de vital importancia en el día a día del manejo de las explotaciones.

TEMOR AL DESABASTECIMIENTO. La escasez del pasado año, tras una primavera tan seca que iba dejando las espigas a un palmo del suelo, anticipó pronto una subida de la cotización de la paja: el precio por tonelada se duplicó en la Lonja de León en apenas unas semanas de abril a mayo, al pasar de 60 a 120 euros.

Llegó a cotizar a 135 euros/tonelada a primeros de agosto, cuando se ratificó la carestía del producto a nivel nacional. Los ganaderos, temerosos ante un desabastecimiento, se apresuraron a adquirir y almacenar un bien que, a diferencia del grano y los piensos, no se importa del exterior. Y de ahí la escalada del precio que se vivió, hasta los 155 euros/tonelada ya en las últimas ventas visadas en León el pasado febrero, antes de dejar de cotizar.

Si echamos la mirada más atrás, fuera de la extraordinaria situación que se produjo en 2023 por la grave sequía, en la campaña de 2022 la paja se pagó en los contratos visados en la Lonja de León en torno a los 49 euros/tonelada; y en 2021, si bien se empezó pagando a 35 euros, ya en agosto de ese año había descendido a 24 €/t.

Veremos, pues, cómo evoluciona el producto en las próximas semanas y, sobre todo, si la sensible reducción de precios con respecto a la pasada campaña repercute en un alivio para el bolsillo de nuestros ganaderos./