El Copa y la Cogeca celebraron sus reuniones presidenciales esta semana en Bruselas. Con motivo de las mismas, varios ponentes de la Comisión Europea, la FAO y el Foro Agrario Nacional de Ucrania analizaron la complejidad de la situación del sector agroalimentario en Ucrania, en Europa y a nivel mundial. Estas conversaciones contrastaron con la postura que adoptó paralelamente el vicepresidente ejecutivo, Frans Timmermans, ante la Comisión de Medio Ambiente.
Los miembros del Copa y la Cogeca conversaron con Mariia Didukh, directora del Foro Agrario Nacional de Ucrania (UNAF, por sus siglas en inglés), e incidieron en la crueldad que sufren en este momento el pueblo ucraniano y nuestros compañeros agricultores. Mariia Didukh también recordó oportunamente que antes de la guerra Ucrania contribuía al suministro alimentario de unos 400 millones de personas en todo el mundo, una cifra que no se puede ignorar.
La máxima solidaridad que han expresado el Copa y la Cogeca no se limita a meras palabras. El Sr. Ramón Armengol, presidente de la Cogeca, declaró lo siguiente: «En vista de las necesidades humanitarias y el carácter excepcional y temporal de las medidas propuestas, la comunidad agrícola europea respalda las iniciativas presentadas por la Comisión con el fin de reestructurar el abastecimiento tanto en Ucrania como en la Unión Europea. Las normas que rigen la producción de alimentos en la Unión Europea se deben respetar y supervisaremos su cumplimiento para evitar cualquier perturbación del mercado.»
Los intercambios de pareceres con el Copa y la Cogeca continuaron con una conversación con Maximo Torero, economista en jefe de la FAO. El economista ilustró la marcada subida de los precios alimentarios que se espera a nivel mundial y que sigue la estela del incremento de los precios de los insumos agrícolas. El Sr. Torero se hizo eco de las predicciones de António Guterres respecto a un «huracán de hambre» a escala mundial, así como de los recientes temores del FMI por los «motines del hambre» que se vaticinan en el continente africano. Maximo Torero también confirmó que en Europa no hay que temer ninguna carestía de alimentos. No obstante, debido a la subida de los precios, sin duda surgirá un problema de acceso a la alimentación para los ciudadanos europeos más desfavorecidos. Esto es algo que el Copa y la Cogeca ya previeron desde que se iniciara la agresión rusa en Ucrania.
Hoy más nunca la Unión Europea debería apoyar a sus agricultores y mantener un diálogo constructivo con ellos. Las desafortunadas declaraciones del vicepresidente ejecutivo, Frans Timmermans, quien se hizo eco de varias noticias falsas divulgadas directamente en las redes sociales, fueron muy mal percibidas por toda la comunidad agrícola representada en Bruselas. El Copa y la Cogeca invitan tanto a editores como a periodistas a que dediquen algo de tiempo a leer nuestros comunicados sobre este tema.
La presidenta del Copa, la Sra. Christiane Lambert, afirmó lo siguiente: «Nuestra posición es bastante clara: no hay que dramatizar, pero tampoco banalizar la situación. Las declaraciones del vicepresidente Timmermans son problemáticas en dos sentidos: El Copa y la Cogeca no enfrentan la agricultura con el medio ambiente. Al contrario, los agricultores sabrán producir mejor y de forma sostenible. Las cadenas de suministro alimentario se acabarán rompiendo en los países más dependientes del mundo, y en este contexto Europa no puede ser egoísta y mirarse el ombligo. El ADN que dio pie a la construcción del proyecto europeo está marcado por valores de humanismo y solidaridad desde la firma del Tratado de Roma, cuyo propósito fue traer paz y estabilidad a través del desarrollo y el comercio. La historia se repite ahora sesenta y cinco años después. Los agricultores europeos tendrán que estar a la altura de este reto histórico, una vez más.»