José Luis Marcos, presidente de ASAJA-Palencia
Se acaba el año agrícola y hemos sufrido un verano extenuante para las plantas, con mucho calor y muy pocas lluvias, que por otra parte es algo típico de las fechas estivales. Pese a la ilusión que le pusimos en primavera al girasol, no hemos conseguido que saliera adelante y de forma generalizada se están tramitando partes de siniestro por sequía.
Los cultivos de primavera han brillado por su ausencia, se ha reducido prácticamente a la mitad su siembra y en ciertas zonas han desaparecido dada la previsión de falta de agua para regarlos y las limitaciones impuestas por la Comisión de Desembalse de la CHD. Una parte de Palencia ya está sin agua y habrá que ver si aguanta el resto y cómo se rematan sin agua esos cultivos de primavera existentes.
En el regadío actuamos como normalmente actúa una familia en su casa, no gastamos más agua que la que hay al igual que una familia no gasta más dinero del que tiene. Por otra parte, aquellas familias que no llegan a fin de mes tratan de conseguir más ingresos y nosotros, los regantes, intentamos conseguir más agua porque sabemos que el futuro de la agricultura pasa por el regadío, especialmente en nuestra provincia.
Sobre esto algo tendrían que aprender los gobiernos porque uno tras otro se están dedicando a aumentar la deuda de nuestro país, es decir, se dedican a gastar lo que no tienen mientras nos dan lecciones a los demás de cómo tenemos que actuar con la base de nuestro medio de vida, que es el agua.
Un ejemplo claro es el del Secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Alfonso Morán Fernández, alias Hugo Morán, el cual ha aprovechado la coyuntura de la sequía que está afectando a España permitiéndose la lindeza de decir que “el país tiene que disminuir las hectáreas de regadío porque empieza a haber problemas para poder garantizar la sostenibilidad del sector”.
Se queja el Sr. Morán de que cuando llueve poco no tenemos agua para regar. Anda claro, nosotros también. La diferencia estriba en que en el puesto de Hugo Morán debería estar una persona que quiera resolver el problema, que asuma que lo que España necesita es acumular la mayor cantidad de agua que se pueda y, por supuesto, utilizarla de la mejor forma posible. Eliminar regadío no es la solución aunque los afines a Hugo Morán le hagan la ola si lo consigue.
Soy un regante de la cuenca del Carrión. Nuestra cuenca lleva décadas siendo deficitaria así que los regantes entendemos el problema perfectamente, del mismo modo que conocemos la solución, aumentar la regulación, algo sobre lo que se ha predicado mucho pero hecho poco. Si tuviéramos el doble de agua de lo que necesitamos sabríamos que un año de sequía no nos afectaría pero nos ocurre todo lo contrario y así estamos.
El sector ganadero tampoco está bien. Sólo se oye que sube el precio de la leche y de la carne pero no se habla de lo que cuesta producirla. El coste de alimentar las vacas de leche es tal que muchos ganaderos están optando por vender –para carne– las novillas que deberían utilizar para reposición y algo similar está sucediendo en el sector ovino, donde hay numerosas explotaciones donde se desvieja y no se repone, quitando vacas y ovejas se está pagando el pienso y eso se puede mantener en el tiempo. Los datos del MAPA ya revelan una bajada del número de vacas y ovejas, y sin vacas y ovejas no hay leche.
Sin ganaderos tampoco hay leche. En España se está produciendo una sangría constante de ganaderos y no se ve relevo por ninguna parte. Es penoso ver los datos del ministerio. Cuando falten ganaderos no van a aparecer más de la nada, en lugar de cuidar al sector se ha hecho lo contrario, poner trabas y criminalizarlo constantemente. Terminaremos trayendo leche y carne de terceros países, de peor calidad y más cara.
Como la ganadería tiene pocos problemas, una persona con tanta influencia mundial como el argentino Jorge Mario Bergoglio -sí, el Papa Francisco- se ha dedicado a hacer campaña en contra del consumo de carne para “salvar el medio ambiente”, lo que nos faltaba. Qué cantidad de gente peregrina a Roma para verle, estaría bien saber cuánto contaminan, que no será poco. Comience por su casa, señor pontífice, y después se meta en la de los demás. Dice la canción que a los de Palencia bebiendo vino nos conoce hasta el Papa y ahora, cada vez que pongamos en marcha la parrilla, tendremos que acordarnos nosotros de él.