La Lonja de Salamanca constató una semana más que los precios del bovino de carne no parecen tener techo. Se trata de una insólita escalada, motivada por la fuerte demanda de producto desde fuera de nuestras fronteras, que está sorprendiendo tanto a ganaderos como a compradores; y que se une a la reducción de volumen que ha sufrido nuestra cabaña de vacuno cárnico.
Los tratantes abogaron este lunes, 2 de diciembre, en la lonja salmantina por aplicar subidas moderadas con el argumento de que la venta a estos precios ya se resiente en las carnicerías y los supermercados de España. Sin embargo, los ganaderos defienden que la lonja refleje la realidad de las operaciones, que se cierran a precios altos, porque la oferta no cubre, ni de lejos, la actual demanda de producto. Al final, todas las categorías de bovino de carne subieron siete céntimos por kilogramo.
Las canales de ternera para sacrificio se están pagando en torno a sesenta y cinco céntimos por kilo más que hace un año; mientras la cotización del añojo para matadero es casi un euro por kilo más que a primeros de diciembre de 2023.
Esta gráfica del último semestre, que hemos extraído de la misma aplicación de la página web de la Lonja de Salamanca, se refiere —a modo de ejemplo— a la ternera de categoría extra de hasta 270 kilos y muestra con claridad esa subida sostenida en la cotización del bovino de carne, que se inició en verano y que se ha acentuado este otoño.
Por su parte, la mesa de ovino acordó una subida de cinco céntimos en los lechazos. Pese a que ya se va detectando la entrada de producto exterior, de inferior calidad, las ventas se han animado cara al largo puente festivo de la Constitución y la Inmaculada, así como para la Navidad, tanto por parte de los hogares como de la hostelería, que se surte de lechazo nacional, según informan desde la Lonja de Salamanca./